La coronación de la Virgen
de la Hiniesta
El gran proyecto emprendido por la Hermandad en los años
sesenta del siglo pasado fue la Escuela de Iniciación Profesional Virgen de la
Hiniesta. Inaugurada en 1966, se trató de una iniciativa animada por el espíritu
del Concilio Vaticano II, de gran ambición e inédita en el contexto de las
hermandades sevillanas, y que debía servir como obra social de la coronación
canónica de la Virgen. Durante años, el centro formó a centenares de jóvenes en
las ramas de electrónica, carpintería y mecánica, impartiéndose también
enseñanza a adultos para la obtención del graduado escolar.
Con la celebración de elecciones el 4 de enero de 1970, se
inició un periodo de normalización de la vida de la Hermandad que llega hasta
hoy. El éxito logrado con las Escuelas de Iniciación Profesional tuvo su
continuación en otros proyectos que no muchos años antes hubiesen resultado
imposibles de acometer. Fue el caso del paso de Cristo diseñado por Cayetano
González y estrenado el Domingo de Ramos de 1972. Tallado en madera de caoba
por Antonio Martín, con esculturas de Francisco Buiza, ángeles y relieves de
Rafael Barbero y orfebrería del propio Cayetano González, supuso una brillante
reactualización del tradicional paso de Crucificado con hachones que se ha
convertido en modelo para numerosas andas procesionales en la provincia y aún
fuera de ella.
Pero el gran logro fue la coronación. Concedida por Roma
en 1959, hubo que esperar quince años para encontrar las circunstancias
propicias para llevarla a cabo. El 7 de diciembre de 1973, durante la función ofrecida en San Julián en honor de la Inmaculada
Concepción, el obispo auxiliar Rafael Bellido Caro proclamó el breve que la
concedía. Tuvo lugar en la catedral el mediodía del jueves 23 de mayo de 1974,
festividad de la Ascensión, de manos del cardenal José María Bueno Monreal,
quien, en la exhortación pastoral proclamó la trascendencia histórica de la
devoción de la Virgen con estas palabras: “Se distingue esta advocación de la
Hiniesta por su antigüedad, que la hace remontar a época primitiva de la
iglesia hispalense, título al que se acogió el pueblo con profunda fe y filial
devoción. La Ciudad se le encomendó en sus graves momentos y en sus desgracias
y calamidades públicas, la hizo objeto de rogativas y funciones.
El Ayuntamiento de Sevilla, sigue cumpliendo la celebración
anual en su honor que desde 1649 le ofreciera por voto. A la Virgen de la
Hiniesta se le reconocieron honores patronales sobre la Ciudad. Índice claro de
la principalidad de su advocación y de su devoción. Así, pues, al coronar ahora
a María de la Hiniesta, nuestra Ciudad de Sevilla corona una página brillante
de su propia historia mariana.”
Francisco S. Ros González
Teniente Hermano Mayor
Profesor Departamento Historia del Arte
Universidad de Sevilla
Pie de foto: El
cardenal José María Bueno Monreal corona a la Santísima Virgen de la Hiniesta
en la catedral de Sevilla el 23 de mayo de 1974.
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