El incendio de San Julián y la reconstrucción de la Hermandad
La iglesia de San Julián fue incendiada el 8 de abril de 1932, desapareciendo la casi totalidad de su riquísimo patrimonio artístico. Se salvaron las lámparas de plata y, muy deteriorada, la Inmaculada Concepción. Las imágenes titulares, el Cristo y la Dolorosa, así como la Virgen de la Hiniesta Gloriosa, quedaron calcinadas.
La Hermandad se trasladó, junto con la parroquia, a San Marcos y convocó un concurso para hacer una nueva Dolorosa. Participaron José Merino Román, Antonio Bidón Villar, Cayetano González Gómez y Antonio Castillo Lastrucci, resultando vencedor este último.
En 1935, después de tres años sin hacer estación de penitencia, la cofradía salió desde Santa Marina, ante la imposibilidad de hacerlo por la puerta de San Marcos, con dos pasos. En el primero iba un Crucificado cedido por la Hermandad de la Lanzada y en el segundo, la Virgen de la Hiniesta Dolorosa bajo palio. Al año siguiente, la cofradía salió de nuevo desde Santa Marina, pero esta vez con un solo paso en el que la Virgen iba a los pies un Cristo de procedencia incierta.
La parroquia de San Marcos ardió, como otras muchas, durante los violentos sucesos que, el 18 de julio de 1936, siguieron en Sevilla al alzamiento del bando nacional contra el gobierno republicano. Allí desapareció la imagen de Castillo Lastrucci y quedaron destruidos los restos calcinados de la primitiva Virgen de la Hiniesta Dolorosa, que se custodiaban en la sacristía del templo.
La Hermandad tuvo que trasladarse, nuevamente junto con la parroquia, a la iglesia de San Luis de los Franceses, donde permanecería hasta la reapertura de San Julián diez años después.
Al carecer de imágenes, en la Semana Santa de 1937, hizo estación de penitencia con un tramo de nazarenos, presidido por el simpecado con la reproducción en sedas de la Virgen de la Hiniesta Dolorosa primitiva, acompañando a la cofradía de la Amargura.
El 14 de agosto de 1937 se firmó el contrato con Castillo Lastrucci para la realización del Cristo y la Dolorosa. La Virgen, como la anterior, inspirada en la primitiva, se bendijo el 5 de septiembre de ese mismo año y el Cristo, basado no en el titular desaparecido sino en los Crucificados de Montañés y Mesa, el 3 de abril de 1938.
Los años de la guerra y de la posguerra fueron tremendamente difíciles para una Hermandad sin apenas medios. Ante la imposibilidad de salir de San Luis de los Franceses, tuvo que peregrinar por distintos templos para hacer la estación de penitencia. En 1938 y 1939 salió de la iglesia de Nuestra Señora de Consolación (los Terceros); en 1940, de la iglesia de Montesión, sede en la actualidad del Archivo de Protocolos Notariales; y entre 1941 y 1945, de la iglesia de San Martín.
Francisco S. Ros González
Teniente Hermano Mayor
Profesor Departamento Historia del Arte
Universidad de Sevilla
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario