El ejemplo de María
Es
frecuente la acusación, revestida de crítica, que se nos hace a los católicos,
según la cual situamos a
Y es cierto, el amor sin límites que sentimos hacia Ella. Es cierto, el alto lugar que le otorgamos; en la misma linde que separa la divinidad de la humanidad. La consideramos íntegramente humana, pero situada en el mismo escalón de directo contacto con Dios y el Reino de los Cielos. Es flor de Santidad, Inmaculada, Asunta, Mediadora, Intercesora y un largo, etcétera. Pero, todo ello, no es una invención nuestra, producto de leyendas o exageraciones. No procede de impurezas o interferencias que, de alguna u otra manera, se hayan adheridos al mensaje evangélico de la historia de la salvación…
Decía el Padre José María Javierre, que Dios Padre Todopoderoso, Trinidad Santa Único Dios, había exagerado con María mucho más que nosotros… Había elegido a una mujer joven, humilde y sencilla de una aldea de Israel, nada más y nada menos que para ser el conducto a través del cual el Hijo del Hombre se encarnara en su vientre y viniese al mundo. Ella fue la pieza necesaria para que el deseo de Dios, de compartir con el ser humano su propia naturaleza, se hiciera realidad. Fue la persona escogida en la historia de la creación, el ser elegido y por ello, pura, limpia, santa, única e irrepetible.
Y
como resultado, también es el primer ejemplo para todos los cristianos, Ella es
la esclava del Señor, desde la sorpresa de
Ella
es el ejemplo a seguir, y una vez más nos demuestra que el único camino para
ganar la eternidad, para asemejarnos a Cristo es el amor. Una vez más, se
demuestra el principio y fin que lo resume todo. Dios es Amor. Deus Charitas
est. Si queremos ser como Él, tomemos la vida de
Lo
define San Luis de Monfort, de forma breve y certera: “María es el camino más
seguro, el más corto y el más perfecto para ir a Jesús”. A Jesús por María, siempre
por María. Nunca renunciará
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