|
Altar del triduo y función de 2016 |
El
próximo martes
5 de septiembre se celebra, a las 21:00
horas, el primer día del triduo en honor a la Virgen de la Hiniesta
Gloriosa Coronada, que precede a la función votiva en su honor, el 8
de septiembre. Desde septiembre de 1945 con la creación de la actual
imagen, la Virgen de la Hiniesta Gloriosa forma parte de los
titulares de la hermandad, ya que con anterioridad, si bien existía
la Hermandad de Nuestra Señora de la Hiniesta, la imagen pertenecía
al marquesado de la Granja, como sucesores de las familias Tous –
Monsalve, relacionadas con los orígenes históricos de la misma. Se
cumplen en este año 2017 setenta y dos años de culto ininterrumpido en la
parroquia de San Julián, consistente en triduo y función votiva en
el mes de septiembre, tras el incendio de abril de 1932 en que fue
destruida la primitiva Virgen de la Hiniesta Gloriosa.
Además
de las novenas que se celebraban en siglos pretéritos como el XVIII,
XIX y principios del XX y de la tradicional función votiva el 8 de
septiembre desde 1649, a partir de la recuperación de la imagen en
1945, se reducen estos cultos a un triduo además de la función
votiva, con la peculiaridad de que el triduo se celebraba los días
9, 10 y 11 de septiembre, es decir, después de
la fiesta de
la Natividad de la Virgen. Este hecho se producía por coincidir con
el jubileo de las 40 horas, por lo que el culto empezaba con la
exposición del Santísimo Sacramento, misa de comunión general y
procesión claustral. Será a partir de las Reglas de 1988 cuando se
instaura la actual disposición de los cultos, el triduo los días 5,
6 y 7 de septiembre y la función votiva el 8 de septiembre.
Nuestras
Reglas actuales que se aprobaron en cabildo general extraordinario de
15 de febrero de 2004, recogen en el título de la hermandad a María
Santísima de la Hiniesta Gloriosa Coronada, así mismo dice en su
Regla 5, sobre las imágenes que “como fuente de origen de la
hermandad y gloria de su existencia a través de los siglos, la
imagen gloriosa, coronada canónicamente, de Nuestra Señora
de la Hiniesta, tallada igualmente por Castillo Lastrucci en 1945, es
receptora de culto, como patente testimonio del fervor mariano de la
ciudad de Sevilla y de esta corporación”. Por lo que respecta a su
culto del mes de septiembre3, quedan definidos en la Regla 27, de los
cultos anuales, en sus apartados k) y l) que “durante los días 5,
6 y 7 de septiembre de cada año, se celebrará solemne triduo en
honor de la Santísima Virgen de la Hiniesta Gloriosa y Coronada”,
asimismo se dice que “el día 8 de septiembre de cada año,
festividad de nuestra amantísima titular la Santísima Virgen de la
Hiniesta, se celebrará solemne Función Votiva, a la que asiste la
corporación municipal de Sevilla, para renovar en nombre de la
ciudad el Voto de Acción de Gracias instituido en el año 1649”.
La Regla 28 especifica que el último día del triduo, se terminará
el culto con procesión claustral del Santísimo Sacramento por las
naves del templo. También se hace alusión a nuestra titular
letífica en la Regla 44 dedicada a la Función Votiva, así dice que
“el 8 de septiembre, festividad de la Natividad de Nuestra Señora,
celebrará el Ayuntamiento la tradicional Función Votiva,
conjuntamente con la hermandad, en cumplimiento del Voto que hiciera
en 1.649, asistiendo la corporación municipal bajo mazas en
representación de la ciudad de Sevilla”.
Aspectos
artísticos
La
actual imagen de la Virgen de la Hiniesta Gloriosa sigue el modelo
original de la talla gótica fechada en la segunda mitad del siglo
XIV pero adquiriendo un aspecto menos estilizado y de rigidez, como
es común a las imágenes de esa etapa artística y dulcificando la
expresión del rostro de la Virgen y del Niño. Antonio Castillo
Lastrucci firma su obra en la peana de la Virgen con la siguiente
frase: “POR MI AMOR A LA VIRGEN DE LA HINIESTA LA HE REPRODUCIDO.
ANTONIO CASTILLO LASTRUCCI. SEVILLA 1945”. La imagen permanece
exenta de ropajes durante el año y sólo en determinadas ocasiones
(cultos, besamanos o procesión) se le sobrepone un manto y un
sencillo tocado. Como aditamentos que completan su iconografía
encontramos la corona (realeza de María), ráfaga y media luna
(mujer apocalíptica vestida de sol que apoya sus pies sobre la
luna), bastón de mando (como alcaldesa perpetua de Sevilla), medalla
y llaves de la ciudad (como patrona y protectora de Sevilla) y retama
de hiniestas (alusivas a su advocación y a la leyenda de su
aparición).
La
imagen mide 1,25 metros y está realizada en madera estofada y
policromada, luciendo túnica roja y manto azul la Virgen y túnica
blanca el Niño. Ambas túnicas tienen una decoración de flores
doradas, mientras que el manto de la Virgen es liso y sólo tiene una
cenefa dorada con motivos geométricos que la decoran. Los colores
azul y rojo se han relacionado tradicionalmente con el misterio
inmaculista. Como elementos iconográficos propios a la talla, además
de los aditamentos anteriormente descritos, encontramos la manzana
sobre su mano derecha que bien pudiera representar el pecado original
que es vencido por la nueva Eva, la Virgen María, al ser concebida
sin mancha del mismo y el Niño sostiene un pequeño pájaro con su
mano izquierda que simboliza el alma humana.
La
imagen fue restaurada poco antes de su Coronación Canónica, el 23
de mayo de 1974 por Antonio Izquierdo y en 1992 por José Pérez
Delgado, que actuó sobre la policromía al tener los colores muy
desgastados. Finalmente entre noviembre de 2015 y mayo de 2016 fue
restaurada por Pedro Manzano Beltrán actuando sobre pérdida de
soporte y limpieza y reintegración de policromía en zonas
concretas.
La
Virgen fue bendecida el 9 de septiembre de 1945 en la iglesia de San
Luis de los Franceses, donde se efectuó la ceremonia votiva del
Excelentísimo Ayuntamiento de Sevilla nuevamente ante la nueva
Virgen de la Hiniesta.