Juan de Yepes Álvarez
nació en Fontiveros, provincia de Ávila (España), hacia el año 1542. Pasados
algunos años en la Orden de los carmelitas, fue, a instancias de santa Teresa
de Ávila, el primero que, a partir de 1568, se declaró a favor de su reforma,
por la que soportó innumerables sufrimientos y trabajos. Murió en Úbeda el año
1591, con gran fama de santidad y sabiduría, de las que dan testimonio precioso
sus escritos espirituales.
A los veintiún años, tomó el hábito en el convento de los
carmelitas de Medina del Campo. Su nombre de religión era Juan de San Matías.
Después de hacer la profesión y durante
sus estudios, adquirió una sólida formación impregnada del Humanismo cristiano,
pensamiento muy vigoroso en esa época. Pidió y obtuvo permiso para observar la
regla original del Carmelo, sin hacer uso de las mitigaciones (permisos para
relajar las reglas) que varios Pontífices habían aprobado y eran entonces cosa
común en todos los conventos.
Poco después, se llevó a cabo la fundación del primer
convento de carmelitas descalzos, en una ruinosa casa de Duruelo. San Juan
entró en con perfecto espíritu de sacrificio. Unos dos meses después, se le
unieron otros dos frailes. Los tres renovaron la profesión el domingo de
Adviento de 1568, y nuestro santo tomó el nombre de Juan de la Cruz. Fue una
elección profética. Poco a poco se extendió la fama de ese oscuro convento de
suerte que Santa Teresa pudo fundar al poco tiempo otro en Pastrana y un
tercero en Mancera, a donde trasladó a los frailes de Duruelo. En 1570, se
inauguró el convento de Alcalá, que era a la vez colegio de la universidad; San
Juan fue nombrado rector.
La reforma del Carmelo que lanzaron Santa Teresa y San Juan
no fue con intención de cambiar la orden o "modernizarla" sino mas
bien para restaurar y revitalizar su cometido original el cual se había
mitigado mucho. Al mismo tiempo que
lograron ser fieles a los orígenes, la
santidad de estos reformadores infundió una nueva riqueza a los carmelitas que
ha sido recogida en sus escritos y en el ejemplo de sus vidas y sigue siendo
una gran riqueza de espiritualidad.
La doctrina de San Juan se resume en el amor del sufrimiento
y el completo abandono del alma en Dios. Ello le hizo muy duro consigo mismo;
en cambio, con los otros era bueno, amable y condescendiente, "A la tarde te examinarán en el amor;
aprende a amar como Dios quiere ser amado y deja tu condición". Fue canonizado en 1726 y proclamado doctor de la Iglesia en 1926 por sus obras Místicas.
Hoy 14 de diciembre, recordamos su festividad de
memoria obligada.
Felicitamos a los hermanos y devotos de la Hiniesta que hoy
celebran su onomástica.
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