En plena celebración del adviento, hoy la Iglesia vuelve sus
ojos a María, la Madre del Salvador, conmemorando la festividad de la
Expectación de Nuestra Señora. Porque la primera venida del Señor se engendró
en su vientre y por ello, todas las generaciones le llamamos Bienaventurada. De
ella aprendemos cómo se espera y cómo se prepara la venida del Emmanuel, Dios
con nosotros.
El Evangelio de San Mateo, nos recuerda hoy que “La Virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le
pondrás por nombre Jesús. Se llamará así porque él salvará a su pueblo de sus
pecados.»
Bajo el amparo de la Virgen de la Esperanza preparamos con
gran solemnidad una nueva venida del hijo de Dios: “Oh Adonai, Pastor de la casa de Israel, que te apareciste a
Moisés en la zarza ardiente y en el Sinaí le diste tu ley, ven a liberarnos con
el poder de tu brazo” (Antífona del día, lectura de vísperas).
Felicitamos a todas las hermanas y devotas de la Hiniesta que
hoy celebran su onomástica.
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