La leyenda del hallazgo de la imagen
Los antiguos cronistas y analistas sevillanos coinciden en
señalar el año 1380 como el del inicio del culto de la Virgen de la Hiniesta en
la parroquia de San Julián. Desde el primer momento, la imagen queda vinculada
a la familia Tous, luego entroncada con los Monsalve, que le construye capilla,
sin que esto sea óbice para que otros miembros de la nobleza, como los Enríquez
de Ribera, e incluso de la realeza, como el infante Fernando el de Antequera,
muestren también su devoción a la Virgen con distintos actos piadosos y
donaciones. Muy pronto surge una hermandad de gloria para rendir culto a la
Virgen de la Hiniesta con hospital propio en la esquina de las actuales calles
Vergara e Hiniesta, junto a la parroquia de San Marcos.
1380. Según la tradición, el caballero mosén Per de Tous,
estando de cacería por los montes de Cataluña, encuentra una imagen de la
Virgen con el Niño con un letrero que advierte su procedencia sevillana, de una
iglesia junto a la Puerta de Córdoba. Siguiendo esta indicación, la trae a
Sevilla y la deposita en la parroquia de San Julián. La puerta por la que entró
la imagen en la iglesia, en la nave del Evangelio, se tapió como señal del
deseo divino de permanencia en el templo y en la ciudad, y así continúa en
nuestros días.
1407. Per de Tous construye capilla a la Virgen de la
Hiniesta en la cabecera de la nave del Evangelio de la parroquia de San Julián
con derecho a enterramiento familiar.
Cartel Conmemorativo realizado por Dubé de Luque (1980) |
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