miércoles, 22 de abril de 2020

Formación en acción social


LA CARIDAD COMO EXPRESIÓN DEL AMOR DE DIOS

El auge que nuestras Hermandades han experimentado durante el siglo XX ha repercutido de forma notoria en la promoción de una importante labor asistencial cuyo desarrollo sigue un ritmo creciente en las últimas décadas. Es innegable que la caridad ha desempeñado, como hemos visto anteriormente, una importante misión en el seno de las Hermandades, pero no puede desconocerse tampoco que la carestía en que nuestras propias corporaciones se veían inmersas afectaba al desarrollo pleno de esta dimensión principal de la Hermandad. Hoy las circunstancias han cambiado: no sólo por el progreso general de nuestra sociedad y porque nuestras Hermandades han venido consecuentemente a mejor fortuna, sino también porque el magisterio de la Iglesia, profundamente renovado tras el Concilio Vaticano II, urge a los laicos a una acción directa e inmediata en la propagación del Evangelio. 

Fruto de ello, los cofrades somos cada vez más sensibles y más conscientes de que nuestro culto necesita ser autenticado en el pergamino de la vida con la tinta de nuestro esfuerzo. Atendiendo a ello, las Hermandades desarrollan en la actualidad una labor asistencial vigorosa que va en aumento con los años. Son incontables los proyectos asistenciales a los que nuestras corporaciones prestan su apoyo, bien a través de una participación indirecta, bien mediante la implicación efectiva de sus miembros en algún proyecto específico.

La caridad como expresión concreta del amor y manifestación privilegiada del auténtico testimonio cristiano es un testimonio activo de nuestra fe. Es necesario derribar ese viejo prejuicio que ha llevado a nuestras Hermandades a guardar silencio en materia asistencial, ocultando la labor que desde nuestras instituciones se realiza continuadamente en la asistencia a los más necesitados. Dice San Lucas que "Nadie enciende una lámpara para esconderla o taparla con algo, sino que la pone en el candelero para que los que entren la vean con claridad".


Las hermandades tiene que asumir con determinación esta exhortación evangélica que nos impulsa a ser luz del mundo; una luz que no puede ocultarse porque su ocultación causará oscuridad. Es el momento de entender que nuestro testimonio de amor hacia el prójimo es un servicio inestimable a la Iglesia y a Jesús, Nuestro Señor, pues como ha afirmado Juan Pablo II en su Exhortación Apostólica Christifideles laici: "Nuevas situaciones, tanto eclesiales como sociales, económicas, políticas y culturales, reclaman hoy, con fuerza muy particular, la acción de los fieles laicos. Si el no comprometerse ha sido siempre algo inaceptable, el tiempo presente lo hace aún más culpable. A nadie le es lícito permanecer ocioso”.


Extracto de la conferencia “La Acción Social en las Hermandades: Una Perspectiva desde la Historia y la Actualidad”. Alfonso de Julios-Campuzano, 2002.



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