lunes, 27 de julio de 2020

Nuestra historia

La Hermandad de la Hiniesta del siglo XVII al XIX

 De la existencia de la Hermandad a partir de la aprobación de las reglas de 1671, tenemos noticias salpicadas. En 1677, celebró fiesta y rogativa a la Virgen de la Hiniesta Gloriosa para que Sevilla quedara libre de la epidemia de peste que afectaba a Andalucía. En 1679, sacó a la Virgen de la Hiniesta Gloriosa en procesión por el barrio de San Julián en agradecimiento por haberse librado Sevilla de otra epidemia de peste. En 1704, celebró función a la Virgen de la Hiniesta Gloriosa por el éxito de Felipe V en la Guerra de Sucesión –se afirma tradicionalmente que este rey fue quien le otorgó a la Hermandad el título de Real durante su estancia en Sevilla (1729-1733)–. Y en 1769, el papa Clemente XIV concedió que cualquier sacerdote que dijese misa en el altar de la Virgen de la Hiniesta Gloriosa pudiera sacar del purgatorio el alma del difunto por quien la aplicara, según recuerda una lápida de mármol conservada en la iglesia.

A comienzos del siglo XIX, la Hermandad seguía realizando esfuerzos por propagar la devoción de la Virgen a través de las estampas abiertas en 1804, 1815 y 1819 y la celebración de los cultos de septiembre, destacando la publicación en 1819 de la Novena novísima que a la Inmaculada Virgen María Nuestra Madre y Señora de la Iniesta, Patrona especialísima de Sevilla, que en su respetable y original simulacro, consagra anualmente su ilustre y esclarecida Hermandad en la iglesia parroquial de Señor San Julián de esta ciudad. Pero en algún momento, quizá en la cuarta década del ochocientos, dejó de funcionar. La última noticia que tenemos es la lápida que se colocó en 1834 entre la puerta de la sacristía y la tribuna del órgano de San Julián, y que hoy se encuentra en la cripta: “Al mayor culto de Dios Nuestro Señor y de su Santísima Madre la Virgen Santa María, bajo la advocación de la Yniesta, Patrona de esta Ciudad, mandó construir este órgano la piadosa devoción de don Salvador María de Cárdenas y Ballesteros, individuo de su Ilustre Hermandad, y fue costeado, después de su fallecimiento de los bienes de su testamentaría, año de 1834. Su autor don Antonio Calbete”. Este órgano desapareció en el incendio de 1932.

 

Francisco S. Ros González

Teniente Hermano Mayor

Profesor Departamento Historia del Arte

Universidad de Sevilla

 

Pie de foto: Vista de la nave del Evangelio de la parroquia de San Julián con el órgano neoclásico construido en 1834.


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