San Mateo 13, 44-52: Vende todo lo que tiene y compra el campo
«El reino de los cielos se parece a
un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra, lo vuelve a esconder y,
lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo. El reino de
los cielos se parece también a un comerciante de perlas finas, que al encontrar
una de gran valor se va a vender todo lo que tiene y la compra.
El reino de los cielos se parece
también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está
llena, la arrastran a la orilla, se sientan y reúnen los buenos en cestos y los
malos los tiran.
Lo mismo sucederá al final de los
tiempos: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán
al horno de fuego. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.
¿Habéis entendido todo esto?».
Ellos le responden:
«Sí».
Él les dijo:
«Pues bien, un escriba que se ha
hecho discípulo del reino de los cielos es como un padre de familia que va
sacando de su tesoro lo nuevo y lo antiguo».
Comentario bíblico, Fray Miguel de Burgos Núñez https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/comentario-biblico/miguel-de-burgos-nunez/
¿Es que el reino de Dios es un tesoro? Naturalmente que sí.
Porque es el acontecimiento de un tiempo nuevo de gracia y salvación, de
felicidad y amor que Jesús ha predicado y que ha convertido en causa de su vida
y de su entrega. El Reino aparece así como un don al alcance de todos, de
los afortunados y de los inquietos, de los que sin buscarlo se lo encuentran
por casualidad y de los que lo descubren al final de una búsqueda. Para
responder adecuadamente a ese don, aceptándolo y haciéndolo suyo, el ser humano
ha de estar convencido de que el Reino es lo más valioso que se le puede
ofrecer y, en consecuencia, ha de estar dispuesto a anteponerlo a cualquier
otro bien.
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