San Mateo
13, 24-30: “Dejadlos crecer juntos hasta la siega”
En aquel
tiempo, Jesús propuso otra parábola a la gente diciendo:
«El reino de
los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero,
mientras los hombres dormían, un enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo
y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también
la cizaña. Entonces fueron los criados a decirle al amo:
“Señor, ¿no
sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?”.
Él les dijo:
“Un enemigo
lo ha hecho”.
Los criados
le preguntan:
“¿Quieres
que vayamos a arrancarla?”.
Pero él les
respondió:
“No, que al
recoger la cizaña podéis arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos
hasta la siega y cuando llegue la siega diré a los segadores: arrancad primero
la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi
granero”».
Comentario: Fray Miguel de Burgos
Núñez, https://www.dominicos.org/predicacion/homilia/19-7-2020/comentario-biblico/miguel-de-burgos-nunez/
Sabemos que Mateo suele
alegorizar muchos las explicaciones de las parábolas que ha encontrado en la
tradición. En este caso conocemos por el Evangelio cómo pudo ser la parábola
más primitiva que pretendía llamar a la paciencia de los impacientes frente al
mal o frente a los que son malos. Porque se trata de hablar de Dios que no
actúa como muchos fundamentalistas o apocalípticos quisieran. Dios tiene sus
propios caminos. Y la propuesta original de Jesús era precisamente la de imitar
al hombre de la parábola, no la de esperar para ver que en el "juicio
final" los malos serán castigados. El sentido, pues, es bien distinto y
debemos recuperar el tenor de la parábola de Jesús.
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