La leyenda de la aparición de la Virgen de la Hiniesta Gloriosa en los montes de Cataluña ha motivado que la Hermandad haya establecido tradicionalmente vínculos con instituciones y particulares catalanes y que la bandera y la heráldica de esta comunidad autónoma estén muy presente en sus enseres.
En 1966, el
Centro Catalán de Sevilla donó un banderín catalán –cuatro barras de gules
sobre campo de oro– con la Virgen de la Hiniesta Gloriosa pintada y rodeada de
los escudos de las capitales de la región: Barcelona, Gerona, Lérida y
Tarragona. La bandera catalana, de la que se encuentran testimonios de su
existencia desde la segunda mitad del siglo XII, fue creada, según leyenda sin
base histórica, por el rey franco Carlos II el Calvo en agradecimiento al conde
Wifredo el Velloso tras una victoria sobre los normandos. En recompensa a su
valor, el rey mojó los dedos en la sangre del conde y trazó cuatro líneas
verticales en su escudo.
Este
banderín, realizado en el taller de José Guillermo Carrasquilla Perea, se
utilizó como insignia de la cofradía en el cortejo de la Virgen hasta 1991,
cuando fue sustituido, por razones de conservación, por una réplica.
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