viernes, 26 de febrero de 2021

Bitácora de San Julián: De cómo un lunes de Cuaresma se convirtió en Domingo de Ramos


 Los recuerdos están llenos de historias inolvidables y ésta formará parte de esas historias. El día 21 de febrero, domingo, acabó el acto de Veneración de nuestra Virgen de la Hiniesta, un día lluvioso tras un espléndido sábado donde los fieles también se acercaron a nuestra titular con la emoción y el cariño habitual. 

La historia o el milagro acontece en la mañana del lunes. En ese ya histórico día del mes de febrero, el tiempo convirtió ese lunes temprano de Cuaresma en Domingo de Ramos. La Hiniesta, apareció como en las antiguas leyendas, subida en su paso, vestida de hebrea y todos palidecieron de emoción. 

La memoria se iluminó con millones de recuerdos. Como relámpagos sobre el agua, acudieron todos nuestros seres queridos, los que están aun con nosotros y los que ya partieron para siempre. El templo se llenó de sonidos de tramos formándose, del nerviosismo de los niños agarrados de las manos de sus padres , madres o familiares, se oían las cantoneras de los nazarenos al apoyar sus cirios sobre el frio suelo de San Julián, relucían los fogonazos de los móviles frente al palio de grupos de personas que querían inmortalizar el momento, los acólitos preparaban los incensarios, todo se preparaba para ese viaje homérico que representa la estación de penitencia de la Hermandad de la Hiniesta. Sólo quedaba que las puertas se abrieran de par en par y la cruz de guía saliera a la calle, era 22 de febrero del 2021.

Palio azul y plata, los antiguos respiraderos de malla dorada, e inmensa y gloriosa la Hiniesta nos contemplaba, vestida de hebrea, como lo hace siempre en Cuaresma pero que, gracias a un pequeño grupo de hermanos, grupo de priostía a ley, habían convertido el momento en Domingo de Ramos. 

Del suelo que pisaba al día anterior había sido alzada a su altar procesional y la magia hizo el resto. Volvió la esperanza a nuestras vidas, volvió la luz a nuestras oscuridades, la emoción de todo el que entraba se hacia palpable. Todos nosotros supimos al instante que Ella nos hacía partícipe de una gracia imborrable. 

No, no era, Domingo de Ramos, era lunes de Cuaresma, pero olía a Ramos, se oían los últimos preparativos antes de la salida, era la gloria sostenida en el vacío de un templo que se convirtió en universo por unos instantes. Ella revolvió todos nuestros sentimientos y nos mostró el camino marcado por su hijo y hasta María Magdalena parecía postrarse de admiración ante tal acontecimiento, esta vez miraba la gloria del palio imposible en el momento más imposible.

El silencio de las naves del templo nos volvió a la realidad, no, no era Domingo de Ramos, era el altar de culto que este año sus hijos de San Julián le habían montado. ¿Es posible un altar mas bello? ¿Un altar mas evocador…? Hacia ya dos años que no veíamos el palio de la Hiniesta proteger y acariciar a su Virgen. Y ahí esta para que no se nos olvide, para que lo contemos a nuestros padres, hijos o nietos, para crear la leyenda de que un Lunes 22 de febrero de 2021, fue Domingo de Ramos en San Julián. 


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