domingo, 30 de noviembre de 2014

Primer Domingo de Adviento


Con el inicio del Adviento entramos en un nuevo Año Litúrgico, lo que supone un "tiempo nuevo". Este obtiene su "novedad" de la Pascua del Señor: Dios se hace hombre y abre definitivamente las puertas de la salvación con su muerte y resurrección... Por eso reclama de nosotros afán y deseo de renovación personal. 

En este primer domingo la consigna es "¡velad y esperad!", con una triple dinámica de búsqueda y espera: 

1. Invitación a la búsqueda de Jesucristo que se hace hombre: ¡un Dios humanado! Se inicia un largo momento de contemplación que llegará a su plenitud en Navidad. Ahora debemos captar su contenido, descubrir sus actitudes y saber vivirlas. 

2. Apreciar su dimensión escatológica: al final de la historia, será el Día de Jesucristo, cuando Él -carne de nuestra carne- vuelva a buscarnos. Y entonces, ¿nos encontrará preparados? 

3. En medio de nuestro "hoy", el de cada día, descubrir cómo Dios, el Dios fiel, sigue haciéndose presente en nuestras vidas, en nuestra historia. Es una llamada a la responsabilidad y a la coherencia: a cada cual Dios le ha confiado su propia vida, su propia historia. 

¡Feliz y bendecido TIEMPO SANTO DE ADVIENTO!

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