domingo, 5 de abril de 2009

Domingo de Ramos

Llegó el día añorado, llegó el día deseado por todos, ese por el que soñamos desde que la última vez se arrió el palio de la Virgen de la Hiniesta en San Julián, el pasado año. Nuestra estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral, es un ejercicio de responsabilidad, de fe y de testimonio público de nuestras creencias más profundas. Todo está preparado, todos estamos preparados para que en San Julián mostremos a Sevilla, como el Cristo de la Buena Muerte aparece clavado en las retinas de Santa María Magdalena en su personalísimo paso de madera de caoba, plata y madera de naranjo. Todos deseamos ver a la Virgen de la Hiniesta en su sevillanísimo palio azul y plata, resplandecer como la más Sublime Estrella. Es un esfuerzo común el que la Hermandad pone en las calles de Sevilla, convirtiéndose en Cofradía. El reguero inmaculado de nazarenos azules y blancos es la mejor muestra de la pureza de corazón con la que hacemos nuestra estación de penitencia, perdonando a los que nos ofenden y amando a nuestros hermanos. Que así sea hermanos. Os deseamos una magnífica estación de penitencia, acompañando al Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Santa María Magdalena y a María Santísima de la Hiniesta Dolorosa.
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¡Viva el Santísimo Cristo de la Buena Muerte!
¡Viva la Virgen de la Hiniesta!
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