A Jesús por María
El presbiterio alto de la parroquia de San Julián acoge el
majestuoso altar de cultos del Cristo de la Buena Muerte para su tradicional
quinario en la última semana de enero. La capilla mayor del templo luce con las
cortinas rojas de damasco y queda centrada por el dosel de terciopelo burdeos y
pasamanería y crestería dorada, donde se enmarca el Cristo de la Buena Muerte
con sus potencias de oro. En una disposición decreciente de cuatro gradillas
formadas por los respiraderos plateados de cultos, queda en un primer plano la
Virgen de la Hiniesta Dolorosa conformando la iconografía del Stabat Mater,
estaba la Madre dolorosa, sufriendo ante la cruz de Jesús, estaba María junto a
su hijo. Para esta ocasión está vestida con unas prendas y aditamentos de
indudable valor sentimental por los muchos hermanos y familias que las donaron
y por la excepcionalidad del uso de estas ropas, realizadas en moaré rojo
(saya) y raso azul celeste (manto). Son los colores tradicionales de la pureza
de la Virgen y los que se utilizan también para la tradicional vestimenta de
hebrea de nuestras imágenes marianas. Una clásica
disposición de gran pirámide de cera blanca ocupa todo el conjunto, que en su
plan de altar se alterna con jarras con flores rojas y moradas y un hermoso
manifestador plateado, que avanza en la zona central del altar, con un rico
paño dorado con decoración vegetal y donde se cobija a la imagen de la Virgen
de la Hiniesta Gloriosa Coronada que habitualmente se encuentra en el despacho
del Hermano Mayor Honorario, el Excmo. Sr. alcalde de Sevilla.
En las cornisas a los lados del altar, dos paños de bocinas
burdeos bordadas en oro y sedas de colores con la heráldica de la hermandad y
rematadas por sendas jarras de flores plateadas y en los lampadarios de forja
que separan el presbiterio bajo del alto dos doseles burdeos que tienen como
principal motivo dos ángeles de madera policromada que portan elementos
eucarísticos (copón y cáliz) y se adornan también por candelabros de cera
blanca y bandejas plateadas.
Texto de NH Emilio Balbuena Arriola
Texto de NH Emilio Balbuena Arriola
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