Hoy 4 de octubre conmemoramos a San Francisco de Asís, hombre sencillo y bueno, santo venerado en
todo el mundo que destacó en vida por renunciar a la fortuna familiar y
dedicarse al apostolado en un ambiente de pobreza absoluta.
Francisco fundó la comunidad Franciscana en un antiguo templo en ruinas situado a pocos kilómetros de su ciudad natal Asís al norte de Italia, en un terreno denominado “La Porciúncula” consagrada a la Virgen de los Ángeles, advocación que se refiere al momento de la ascensión de nuestra madre a los cielos acompañada de un coro de ángeles.
En esta Iglesia nace en el año 1209 la “Orden de Frailes Menores”,
y desde ella practicó la absoluta pobreza y entrega al prójimo sin límites como
se proclama en el evangelio de San Mateo10, 5.15. Desde esta orden han salido
posteriormente la rama femenina de “Hermanas Clarisas” en sus vertientes de
Pobres y Capuchinas, la “Orden Franciscanas Seglar” y la “Tercera Orden
Regular”. A la familia franciscana
también pertenece la “Orden de Hermanos Menores Capuchinos”.
San Francisco recorría campos y pueblos invitando a la gente a
amar más a Jesucristo, y repetía siempre: “El Amor no es amado”. Gran defensor
de la naturaleza, Las gentes le escuchaban con especial cariño y se admiraban
de lo mucho que sus palabras influían en los corazones para entusiasmarlos por
Cristo y su religión, su saludo “PAZ Y BIEN” es todavía utilizado en todo el
mundo. Su mensaje le llevó en piadosa peregrinación a Tierra Santa y en su recuerdo los franciscanos están
encargados desde hace siglos de custodiar los Santos Lugares de Tierra Santa.
Lastrado por enfermedades, vuelve a La Porciúncula en sus últimos días
para entregar su cuerpo a Dios postrado
sobre la tierra en el ocaso del 3 de octubre de 1226, con la misma humildad con
la que había vivido.
Nuestra hermandad lleva el título de franciscana por antigua vinculación de la hermandad
con la Orden Tercera Seglar.
Felicitamos a todos los hermanos y devotos que hoy celebran
su onomástica.
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