Solemnidad de la Natividad del Señor
NOTA: El Misal
Romano prevé hasta cuatro misas distintas para celebrar la Navidad. La de la Víspera, la de Medianoche (que es la tradicional Misa del Gallo), la de la Aurora y la del Día. A esta última corresponde el presente relato evangélico.
“Al mundo vino y en el mundo estaba”
San Juan 1, 1-5, 9-14
En el principio ya existía la Palabra, y
la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra en el
principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella
no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra había vida, y la vida era
la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la
recibe. La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo
vino, y en el mundo estaba, el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no
la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la
recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Estos no
han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios. Y la
Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria:
gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Reflexión: Un niño sale a nuestro
encuentro
El que es la Palabra se
hace carne, se hace uno de nosotros. El Niño de Belén sale de la Palabra eterna
del Padre. Un bebé parte al encuentro de la humanidad, con el Corazón en la
mano, dando desde el principio amor y alegría a los que esperan su venida. La
Palabra acampa en medio de nosotros envuelta en pañales de recién nacido. Se
convierte en Buena Noticia para un mundo congelado por el frío y la enemistad.
El Mesías viene a transformar el mundo y nuestro mundo. Abramos nuestra vida a
ese pequeño que llega para que también nosotros nos convirtamos en Palabra para
los demás.
¡¡
Feliz y santa Navidad!!
En: http://www.sanpablo.es/servicios/calendario-liturgico/25/2014/12
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