En muchas ocasiones en las celebraciones de la eucaristía o en otro tipo de cultos se realizan una serie de oraciones en lengua latina. Hay que recordar que el latín es la lengua oficial de la Iglesia católica, aunque a raíz del Concilio Vaticano II se permitieron también el uso de las lenguas vernáculas de cada país para las celebraciones litúrgicas. Aún así y teniendo en cuenta que continúa habiendo una serie de oraciones en esta lengua, iremos desglosando alguna de ellas en esta sección con su traducción para ayudar a que sean rezadas o cantadas en nuestros cultos correctamente. Empezamos por la entrañable Salve regina o popularmente conocida como Salve. Es una oración muy común que se hace a la Virgen María en sus cultos habituales como la sabatina o en algunos más solemnes como pudieran ser en nuestra hermandad en el Triduo a la Virgen de la Hiniesta Gloriosa Coronada en septiembre o en el Septenario a la Virgen de la Hiniesta Dolorosa en cuaresma. Normalmente se reza como conclusión de la Santa Misa y su letra en latín dice así:
Salve, Regina, Mater misericordiae,
vita dulcedo, et spes nostra, salve.
Ad te clamamus, exsules filii Hevae,
ad te suspiramus, gementes et flentes,
in hac lacrimarum valle.
Eia, ergo, advocata nostra,
illos tuos misericordes oculos ad nos converte;
et Iesum, benedictum fructum ventris tui,
nobis post hoc exilium ostende.
O clemens, O pia, O dulcis Virgo Maria.
En el documento audiovisual que se adjunta aparece cantada en latín con subtítulos y su traducción al castellano. Esta oración finaliza normalmente con unas preces que incluyó Su Santidad León XIII, también en latín, que se traduce como "Ora por nosotros, Santa Madre de Dios" (sacerdote) y "Para que seamos dignos de alcanzar y las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amen" (asamblea). En lengua latina dice así:
Sacerdote: Ora pro nobis, Sancta Dei Genetrix.
Asamblea: Ut digne efficiamur promissionibus Christi. Amen.
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