lunes, 18 de mayo de 2020

Nuestra historia



La llegada de la Virgen de la Hiniesta a Sevilla en 1380


El presbítero Francisco Lorenzo de Vera y Rosales refiere en su Discurso histórico de Nuestra Señora de la Hiniesta (1688) que pudo leer en el archivo del duque de Alcalá un libro manuscrito muy antiguo, escrito por un sacerdote, en el que se narraba la llegada de la Virgen de la Hiniesta a Sevilla.
Cuenta este relato que Per de Tous, después de hallar a la Virgen en los montes de Cataluña, habilitó un carro adornado con costosos y ricos terciopelos y tirado por dos bueyes para trasladar la imagen a Sevilla en cumplimiento de la inscripción que la acompañaba: “Soy de Sevilla, de una iglesia que está junto a la Puerta de Córdoba”. El largo viaje desde tierras catalanas lo realizó Per de Tous acompañado por familiares y criados. En las ciudades y pueblos por los que pasaban, salían a recibir a la Virgen y se celebraban fiestas en sus iglesias. La comitiva acabó llegando al heredamiento de Cuartos, cerca de Dos Hermanas. Hasta allí acudieron a reverenciar a la Virgen el arzobispo, el cabildo catedralicio, el ayuntamiento e, incluso, el rey Juan I y su esposa Leonor de Aragón. La Virgen fue conducida a la catedral en solemne procesión, precedida por danzas y música, y acompañada por los parientes y criados de Per de Tous con ramas de retama en las manos. En la catedral, se celebró octava y fiesta en honor de la Virgen. El cabildo catedralicio quiso entonces quedarse con la imagen, pero Per de Tous hizo prevalecer su voluntad de conducirla al lugar que indicaba la inscripción: la iglesia más cercana a la Puerta de Córdoba, que no era otra que la parroquia de San Julián. Allí se colocó en el altar de la cabecera de la nave del evangelio.
Vera y Rosales también menciona otra fuente: un memorial impreso por un devoto de la Virgen para promover su culto en el que se añade un detalle a la leyenda. Después de que la Virgen fuera entronizada en la iglesia de San Julián, los canónigos se la llevaron a la catedral, pero la imagen volvió milagrosamente a su altar. Esto ocurrió hasta en tres ocasiones. Finalmente, los canónigos comprendieron que era voluntad de la Virgen “habitar y morar” en San Julián.
Francisco S. Ros González
Teniente Hermano Mayor
Profesor Departamento Historia del Arte
Universidad de Sevilla






Pie de foto: Puerta de Córdoba. La iglesia más cercana en 1380 era San Julián, San Hermenegildo no se construyó hasta el siglo XVII.


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