lunes, 4 de mayo de 2020

Nuestra historia

La leyenda del hallazgo de la imagen
Los antiguos cronistas y analistas sevillanos coinciden en señalar el año 1380 como el del inicio del culto de la Virgen de la Hiniesta en la parroquia de San Julián. Desde el primer momento, la imagen queda vinculada a la familia Tous, luego entroncada con los Monsalve, que le construye capilla, sin que esto sea óbice para que otros miembros de la nobleza, como los Enríquez de Ribera, e incluso de la realeza, como el infante Fernando el de Antequera, muestren también su devoción a la Virgen con distintos actos piadosos y donaciones. Muy pronto surge una hermandad de gloria para rendir culto a la Virgen de la Hiniesta con hospital propio en la esquina de las actuales calles Vergara e Hiniesta, junto a la parroquia de San Marcos.


1380. Según la tradición, el caballero mosén Per de Tous, estando de cacería por los montes de Cataluña, encuentra una imagen de la Virgen con el Niño con un letrero que advierte su procedencia sevillana, de una iglesia junto a la Puerta de Córdoba. Siguiendo esta indicación, la trae a Sevilla y la deposita en la parroquia de San Julián. La puerta por la que entró la imagen en la iglesia, en la nave del Evangelio, se tapió como señal del deseo divino de permanencia en el templo y en la ciudad, y así continúa en nuestros días.

1407. Per de Tous construye capilla a la Virgen de la Hiniesta en la cabecera de la nave del Evangelio de la parroquia de San Julián con derecho a enterramiento familiar.

Cartel Conmemorativo realizado por Dubé de Luque (1980)


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