Hasta la Puerta de Córdoba trajo la flor pura de la Hiniesta
que quiso volver a Sevilla para que la ciudad la nombrara patrona de las
nostalgias.
Y Dios está en esa imagen pequeña y gloriosa de la Virgen
de la Hiniesta cuando la Hermandad se hace presente al lado de la soledad y el
dolor de los enfermos.
José María Rubio Rubio.
9 de mayo de
1986
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