Piedad |
El
día 1 de noviembre, solemnidad de Todos los Santos, es fiesta de
precepto en el calendario litúrgico, la Iglesia nos invita a participar en la Santa Misa para
celebrar este día. A lo largo del año litúrgico, la Iglesia nos propone a
algunos santos para que sean nuestros modelos e intercesores. Hoy conmemoramos
a todos los santos. La Iglesia
reconoce sus virtudes y méritos, alaba su entrega a Cristo y a la Iglesia y pide su
intercesión y ayuda. Los santos son los vencedores provenientes de la gran
tribulación y han vivido según el programa de las Bienaventuranzas anunciadas
por Jesús. La celebración de las Vìsperas de difuntos después de las II
Vísperas de Todos los Santos, donde sea costumbre para la piedad de los fieles,
puede mantenerse, juntamente con otros ejercicios tradicionales. A los fieles
que visiten devotamente el cementerio u oren sólo mentalmente por los difuntos
se les concede la indulgencia, aplicable solamente a las almas del purgatorio,
del 1 al 8 de noviembre plenaria cada día, parcial en los demás días del año.
El día de la conmemoración de los fieles difuntos, o con el consentimiento del
Ordinario del domingo precedente o el siguiente, o en la fiesta de Todos los
Santos, en todas las Iglesias y oratorios se pueden lucrar indulgencia plenaria.
El
día 2 de noviembre, se celebra la conmemoración de Todos los Fieles Difuntos.
La Iglesia
ofrece el sacrificio eucarístico y su intercesión por los difuntos, no sólo en
sus exequias y en su aniversario, sino también en la Conmemoración que
cada año hace de todos sus hijos que duermen en el Señor, y procura con esmero
ayudarlos con eficaces sufragios para que puedan llegar a la comunidad de los
ciudadanos del cielo. De esta manera, mediante la comunión entre todos los
miembros de Cristo, mientras implora para los difuntos el auxilio espiritual, brinda
a los vivos el consuelo de la esperanza. Hay que esmerarse en fomentar la
esperanza de la vida eterna, de tal manera que no se menosprecie la manera de
pensar y obrar propia de las gentes en relación con los difuntos. Acéptese todo
lo bueno que se encuentre en las tradiciones familiares, y en las costumbres
locales. Pero aquello que parezca contradecir el espíritu cristiano, esfuércese
en transformarlo de tal manera que el culto que se da a los difuntos manifieste
la fe pascual y haga ver el espíritu evangélico.
Con
la festividades litúrgicas de Todos los Santos y de los Fieles
Difuntos comienza el mes en el que nuestra religión católica recuerda a los
que no están ya con nosotros. Son muchos los familiares, amigos y conocidos que
ya no nos acompañan y los recordamos en estos días, en la seguridad de que ya
gozan de la presencia de Nuestro Señor Jesucristo. La Hermandad también quiere
recordar a los hermanos difuntos, aquellos que tanto dieron por la institución
y de los que tanto hay que aprender. Recordemos en nuestras oraciones a
nuestros hermanos que nos regalaron sus enseñanzas y su buen hacer, y sobre
todo su cariño hacia nuestros Sagrados Titulares, que son finalmente los que
juzgarán nuestro paso por este valle de lágrimas, el mismo que se reza en la Salve a la Santísima Virgen.
Elevemos una oración al Santísimo Cristo de la Buena Muerte y a
nuestra Bendita Madre de la
Hiniesta para que los acoja en la vida eterna. Dos cultos
principales de ámbito exequial se celebran en este mes de noviembre, la Función a la Piedad de Nuestra Señora,
Titular de la Hermadad,
que conforma el monumento funerario en honor de D. Antonio Castillo Lastrucci,
escultor e imaginero autor de nuestros Sagrados Titulares. Un responso dedicado
a este magnífico artista tendrá la memoria emocionada por su alma por parte de la Hermandad, que tanto le
debe y la Misa
de Requiem por todos nuestros hermanos fallecidos, será el homenaje que en
forma de oración hacemos por los que ya no están con nosotros. Ambos cultos se
desarrollarán el 25 de noviembre a las 20:30 horas.
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