domingo, 24 de abril de 2011

No digáis que fue un sueño

Siete días después del Domingo de Ramos, justo a la misma hora cuando nuestra cruz de guía se disponía a dar paso a la Hermandad de la Hiniesta para efectuar la Estación de Penitencia a la Santa Iglesia Catedral, cuando las puertas de la Gloria, esas puertas apuntadas, ojivales, nos abrían la luz del Domingo de Ramos, podemos decir que no fue un sueño, que el sueño se hizo verdad, se hizo realidad.

Desde el fiscal de cruz de guía hasta la flauta de la Sociedad Filarmónica “Nuestra Señora del Carmen” de Salteras (Sevilla), nuestra hermana Aida Naranjo, que recientemente se hizo hermana, portaban la medalla del cordón azul y blanco, del que cuelga la bendita efigie de la Virgen de la Hiniesta Gloriosa, y lucíamos en el pecho de cada uno de nosotros, junto al corazón, un sentimiento de amor hacia el Santísimo Cristo de la Buena Muerte, Santa María Magdalena y María Santísima de la Hiniesta Dolorosa.

¡Cuantas ilusiones, cuantas emociones, cuantas lágrimas! ¡Qué momentos más hermosos para compartir entre los hermanos! Todos, nazarenos, costaleros, acólitos,músicos, personal auxiliar, escoltas policiales y hermanos que por circunstancias no pueden participar de la estación de penitencia habéis dado una lección de amor, una lección de unidad y de cariño. Habéis cumplido con el mensaje evangélico de amar a Dios sobre todas las cosas y a vuestros hermanos como a vosotros mismos.

El Hermano Mayor y la Junta de Gobierno quieren desde estas líneas felicitaros y agradecer vuestra actitud y comportamiento durante toda la Estación de Penitencia, por haberos sentido partícipes de una jornada para recordar, a pesar de las altas temperaturas y del esfuerzo de todos para cumplir con nuestros compromisos con las Hermandades hermanas del Domingo de Ramos, tal y como dijo nuestro Hermano Mayor antes de la salida procesional.

Nuestros hermanos difuntos, que en este curso han sido numerosos, se habrán emocionado desde el cielo por vuestro esfuerzo, por vuestra madurez y por vuestro sacrificio. A todos ellos les dedicamos la Estación de Penitencia y estamos seguros que han tenido mucho que ver en el buen desarrollo de nuestro discurrir por las calles de Sevilla.

No digáis que fue un sueño. La Hermandad de la Hiniesta salió a la calle a evangelizar, esa palabra tan denostada, tan olvidada en nuestros días. Salió a la calle para enseñar al pueblo de Sevilla que la muerte de Cristo, es una Buena Muerte, que sirvió para redimir todos los pecados de la humanidad. Ante Santa María Magdalena enseñamos el valor del perdón de los pecados, del arrepentimiento y de la penitencia y para calmar el dolor de una madre, mostramos a nuestra Virgen de la Hiniesta en un trono, en un palacio azul y plata, donde el dolor sobrecoge, pero donde la belleza de la Reina de San Julián nos consuela y reconforta.

En la Santa Iglesia Catedral, nuestro pastor diocesano, monseñor Asenjo Pelegrina, arzobispo de Sevilla acogió con mucho cariño el discurrir de la Cofradía, así pronunció unas palabras a los costaleros del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y llamó al paso de la Virgen de la Hiniesta, con la emoción de la primera vez. Estuvo presente también el obispo auxiliar, D. Santiago Gómez Sierra, que fue invitado así mismo a llamar al paso de la Santísima Virgen de la Hiniesta. Ambos pastores diocesanos se quedaron ensimismados ante tanta belleza y nos animaron a continuar nuestro camino de regreso a San Julián.

Nuestros pasos procesionales han podido recorrer con elegancia, dignidad y gran belleza estética todos los rincones del itinerario. Hemos hecho cofrade zonas que podían parecer de otra ciudad que no es Sevilla, nuestros costaleros han demostrado que están hechos de una madera especial, aquella que tiene el corazón como motor, y las cosas que se hacen desde el corazón siempre salen bien. Los músicos de la Banda de Cornetas y Tambores “Amor de Cristo”, abriendo el cortejo y anunciando la alegría del barrio de San Julián, la Agrupación Musical “Santa María Magdalena” de Arahal (Sevilla), nuestra hermana de honor ha vuelto a emocionarnos con el poder de su música acompañando al Cristo de la Buena Muerte y la Sociedad Filarmónica “Nuestra Señora del Carmen” de Salteras (Sevilla) con sus hermosas melodías interpretadas con tanto mimo y dulzura que no querían molestar el dolor de la Madre Hiniesta, han sido un complemento fundamental en nuestra Estación de Penitencia. Todo el personal auxiliar de la Cofradía, en cada una de sus funciones, pendientes de cualquier incidencia en los pasos (priostía, escalera, carro, encendedor, etc.), los aguadores, personal de protección civil, comunicaciones, etc, han trabajado concienzudamente este año. Los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, dando escolta y abriendo paso a nuestros nazarenos y pasos procesionales, con discreción y profesionalidad. El cuerpo litúrgico de acólitos, tanto en el paso del Cristo de la Buena Muerte, como en el de la Virgen de la Hiniesta y en la Cruz parroquial, han hecho una labor perfecta, reconocida por todos. Nuestros hermanos que asistían a la procesión del Domingo de Ramos como público, favorecieron y ayudaron en todo momento a los nazarenos, y finalmente los hermanos nazarenos, con el cuerpo de diputados de tramo, que velaron porque el discurrir se hiciera de la forma más correcta.Los hermanos nazarenos son los grandes protagonistas de la estación de penitencia, son nuestro activo más fiel e incondicional. Gracias por tanta generosidad, gracias por tanta sabiduría y por enseñarnos como la sencillez es la más alta distinción que pueda tener un nazareno de la Hiniesta y como un cirio es la más importante insignia que se puede portar, puesto que con el cirio se alumbra y da luz a nuestros Sagrados Titulares, el mayor de los honores que se puede tener.

Este mensaje no es de autocomplacencia, puesto que todo es mejorable y posiblemente haya que corregir deficiencias u otras cuestiones, pero tampoco nos debe acomplejar reconocer que en líneas generales la Estación de Penitencia de 2011, fue realizada de manera correcta y satisfactoria para la mayor parte de hermanos. Gracias a todos y no digáis que fue un sueño, ya que en vuestros corazones pudisteis sentir la verdad y la realidad de un nuevo Domingo de Ramos. Los hermanos de la Hiniesta nos conjuramos para que nuestro Domingo de Ramos fuera Azul y plata. Que el Santísimo Cristo de la Buena Muerte y nuestra Bendita Madre de la Hiniesta os bendigan a todos.

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