Con motivo de la festividad litúrgica de San Lucas
haremos un recorrido sobre la vida y obra de este evangelista. Lucas el
Evangelista (hebreo: לוקא,
transliterado Lyka o Liká; griego:
Λουκάς, Loukás) es considerado por la tradición cristiana el autor del Evangelio según san Lucas y de los Hechos de los Apóstoles. Fue discípulo de Pablo de
Tarso.
Lucas
de Antioquía,
por lo tanto no era judío. Esto se ve cuando Pablo lo separa de los circuncidados
(Col. 4, 14), además de ser un hombre más de educación griega y de profesión
médico. Estaba quizás también emparentado con el diácono Nicolás (un prosélito
de Antioquía), (Hech. 6,5). Según reza la tradición, perteneció a los setenta y dos,
esto es del grupo de seguidores de Jesús,
pero según la exégesis las fechas de la escritura de sus obras no concuerdan en
el tiempo. Sabemos que en la elaboración su evangelio Lucas hizo una rica
investigación entrevistando a personas (incluyendo los Apóstoles y tal vez María, la madre de Jesús),
que fueron testigos de estos hechos como se puede encontrar en el prólogo
del Evangelio y que los Hechos de los Apóstoles es una
continuación del mismo. Es el más largo y el mejor redactado por su elaboración
exquisita del griego, como sólo una persona culta y sabia podía hacer en esa
época. Lucanus (Lucas) se hizo cristiano mucho después y según la tradición conoció a María,
la madre de Jesús, en una visita que hizo junto a Pablo.
San Lucas Evangelista |
Al
revelarnos los íntimos secretos de la Anunciación, de la Visitación, de la Navidad, él nos hace
entender que conoció personalmente a la Virgen. Se cree por esto, que Lucas cite tantos
sucesos de la infancia de Jesús, y que hable de los sentimientos de María.
"María, por su parte, guardaba con cuidado todas estas cosas, meditándolas
en su corazón", dice Lucas cuando llegan los pastores al pesebre a adorar
a Jesús recién nacido.
Algún
exegeta avanza la hipótesis de que fue la Virgen María misma
quien le transcribió el himno del “Magnificat” (Lc 1:46-55), que ella elevó a
Dios en un momento de exultación en el encuentro con la prima Isabel.
Incluso
una pintura muy antigua de María en las catacumbas de Priscila en Roma es
atribuida, según la tradición, al apóstol. Lucas era seguidor de Pablo,
"el médico querido" (Col., 4, 14). Lucas hizo muchos viajes junto a
Saulo de Tarso en su camino por la evangelización, por lo que se sabe Pablo no
era un hombre sano y quizás necesitó de la ayuda de Lucas para sus viajes.
Luego
de los sucesos de la muerte de Pedro y Pablo, no se sabe bien el destino de
Lucas, se discute aún si fue martirizado o bien según el antiguo "Prefatio
vel Argumentum Lucae" murió de anciano. Sí sabemos que siguió predicando
por las tradiciones en Macedonia, Acaya y Galacia
y que supuestamente falleció en Beocia y fue enterrado en Tebas.
La
tradición indica que San Lucas mandó ser enterrado junto a la imagen tallada de
"nuestra Señora" que él mismo había confeccionado. Luego, como
refiere San Jerónimo (cf. De viris ill. VI, I),
sus huesos fueron transportados a Constantinopla, a la basílica de los Santos
Apóstoles.
Cuando
sus restos sufrieron aquel primer traslado, el emperador se hizo cargo de
aquella imagen tallada, la cual originaría (siglos después) el culto a la Virgen de Guadalupe en España. En
tiempos de las Cruzadas, las reliquias del santo llegaron a Padua. Desde
entonces se conservan en la iglesia de Santa Justina. (El cráneo fue en cambio
trasladado en 1354
de Padua a Praga a la catedral de San Vito por voluntad del emperador Carlos
IV).
El
tercer evangelio es obra de un discípulo de Pablo, un médico (Col 4,14)
probablemente de origen sirio. A lo mejor se convirtió a la fe cristiana cuando
los cristianos perseguidos de Jerusalén y de Cesarea buscaron refugio fuera de
Palestina, llevando consigo el mensaje. A partir del año 50 acompañó a Pablo en
sus misiones (He 16,10).
San Lucas Evangelista |
Tal
vez fue en Grecia donde redactó su evangelio y el libro de los Hechos. Para él
eran las dos mitades de una misma obra, y con toda probabilidad tanto una como
otra fueron terminadas antes del año 64 o 65. Para ese entonces Lucas estaba en
Roma a donde había llegado dos años antes acompañando a Pablo misionero. Lucas
precisa que fue a indagar el testimonio de los primeros servidores de la Palabra, es decir, de los
apóstoles (1,1-5). En efecto, más de una vez fue con Pablo a Jerusalén y a
Cesarea, donde las primeras comunidades guardaban los documentos en los cuales
se inspiraban los tres primeros evangelios.
Lucas
conservó, como Marcos, los dos grandes bloques en que se basaba esta catequesis
primitiva: la actividad de Jesús en Galilea, y sus últimos días en Jerusalén,
pero insertó entre ellos el contenido de otro documento que contenía muchas
palabras de Jesús. Las colocó intencionalmente durante la subida de Jesús de
Galilea a Jerusalén para mostrar que la vida cristiana se desarrolla bajo el
signo de la cruz.
Otros
documentos de las primeras comunidades de Palestina le proporcionaron el
contenido de sus dos primeros capítulos consagrados a la infancia de Jesús.
Aquí está el testimonio de la comunidad primitiva de la cual formaba parte
María. Esos capítulos otorgan de partida al evangelio de Lucas su carácter
propio; si hubiera que caracterizarlo con una palabra, habría que decir que es
el más humano de los cuatro.
Ese
sentido profundamente humano de Lucas, lo vemos por ejemplo en el cuidado que
puso para recordar la actitud de Jesús con respecto a las mujeres. Pero, en
seguida, ya que Lucas había dejado a su familia para seguir a Pablo misionero,
viviendo en la inseguridad, recalcó más que otros la incompatibilidad entre el
Evangelio y las posesiones. Lucas, discípulo de Pablo, puso de relieve las
palabras de Jesús que recuerdan que la salvación es ante todo, no la recompensa
por nuestros méritos, sino un don de Dios. Por eso quiso salvar las parábolas
que ilustran la muy asombrosa misericordia de Dios (Lc 15).
Después
del evangelio de la infancia (1 - 2) y el relato del bautismo de Jesús en
Judea, el evangelio de Lucas comprende tres secciones:
-El
ministerio de Jesús en Galilea: 3,1 - 9,56
-El
viaje a Jerusalén atravesando Samaria: 9,57 - 18,17
-Los
acontecimientos de Jerusalén: 18,18 - 23.
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