Visitación de la Virgen María |
El mes de mayo
pertenece este año, litúrgicamente al tiempo pascual, por lo que el
color en el culto salvo las excepciones propias de las distintas tipologías de
cultos, será el blanco. Se encuentra este mes de mayo dentro de los
cincuenta días que están entre el Domingo de Resurrección y el Domingo de
Pentecostés y estos días deben celebrarse con alegría y exultación como si se
tratase de un solo y único día festivo, más aún como un domingo, en palabras de
San Atanasio. Este tiempo pascual es el propicio para que los niños reciban su
primera Comunión, así mismo es el tiempo adecuado para llevar la Comunión a los
enfermos, en especial dentro de la semana de Pascua.
El mes de mayo
tiene una solemnidad muy importante, el día 28, la Ascensión del
Señor, que con los últimos cambios en el calendario litúrgico se celebra en
domingo pero que primitivamente era uno de los “tres jueves en el año que
brillan más que el sol, Corpus Christi, Jueves Santo y el jueves de la
Ascensión”. En nuestra hermandad este día es especialmente importante, ya
que, en esa solemnidad, el jueves de la
Ascensión, el 23 de mayo de 1974, fue coronada canónicamente la Virgen de la
Hiniesta Gloriosa, en el templo metropolitano por el cardenal arzobispo de
Sevilla, José María Bueno Monreal.
En cuanto a
las fiestas de este mes de mayo encontramos tres, el
día 3, Santos Felipe y Santiago, apóstoles. Felipe, que igual que Pedro y Andrés, habían nacido en Betsaida, era
discípulo de Juan el Bautista y fue llamado por el Señor para que le siguiera.
Por su parte Santiago, de sobrenombre “el
justo”, hijo de Alfeo y considerado en occidente como el pariente del
Señor, fue el primero que rigió la iglesia de Jerusalén. El día 30, San
Fernando, fiesta de especial tradición e interés en nuestra ciudad, al ser
el rey que reconquistó a la dominación musulmana la ciudad y ha tenido gran
devoción en el pueblo sevillano. La otra fiesta es el día 31, la Visitación de la Bienaventurada Virgen María, con
motivo de su viaje al encuentro de su prima Isabel, que estaba embarazada de un
hijo en su ancianidad, y a la que saludó. Al encontrarse gozosas las dos
futuras madres, el Redentor que venía al mundo santificó a su precursor, que
aún estaba en el seno de Isabel, y al responder María al saludo de su prima,
exultante de gozo, en el Espíritu Santo, glorificó a Dios con el cántico de
alabanza del “Magníficat”.
En cuanto a
las memorias en este tiempo litúrgico de pascua del mes de mayo,
se pueden citar entre las memorias
obligatorias, el día 2, San Atanasio, obispo y doctor; el día 8, la Bienaventurada Virgen María, Mediadora de todas las gracias, en nuestra diócesis de Sevilla; el día 10, San Juan de Ávila,
presbítero y doctor; el día 15, San Isidro Labrador y el día 26,
San Felipe Neri, presbítero.
Por lo que respecta a las memorias
libres, el día 6, la Bienaventurada
Virgen María, Madre del Buen Pastor, en nuestra diócesis de Sevilla; el día 12, santos Nereo y Aquiles, mártires
o San Pancracio, mártir; el día 13, la
Bienaventurada Virgen María de Fátima; el
día 17, San Pascual Bailón, religioso; el
día 18, San Juan I, papa y mártir; el
día 20, San Bernardino de Siena, presbítero; el día 22, Santa Joaquina Vedruna, religiosa o Santa Rita de Casia,
religiosa; el día 24, María
Auxiliadora; el día 25, San Gregorio
VII y el 27, San Agustín de Canterbury.
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