Cuando
estamos tan sólo a seis días de la Santa
Misa de reglas a nuestra titular la Piedad
de Nuestra Señora y la Misa de Réquiem en sufragio por los hermanos difuntos,
el próximo sábado 26 de noviembre, a las
20:30 horas, damos algunas nociones actualizadas sobre el culto que le
profesa la Iglesia católica a los fieles difuntos. Desde los primeros tiempos
de la religión cristiana guardo la Iglesia con gran piedad la memoria de los
difuntos, como lo demuestran numerables inscripciones en las catacumbas romanas
y ofreció sufragios por ellos. Sin
desdeñar la honra del cuerpo, al que prodiga honores y agasajos como templo del
Espíritu Santo que fue, destinado a resucitar en la inmortalidad
bienaventurada, se preocupa sobre todo de las almas; sin olvidar el consuelo de
los allegados, atiende sobre todo a aliviar a los difuntos; reconoce lo fugaz y
la mudanza del tiempo, pero proyectado sobre la eternidad.
Con las
festividades litúrgicas de Todos los Santos y de los Fieles
Difuntos con las que comienza el mes de noviembre, nuestra religión
católica recuerda a los que no están ya con nosotros. Son muchos los
familiares, amigos y conocidos que ya no nos acompañan y los recordamos en
estos días, en la seguridad de que ya gozan de la presencia de Nuestro Señor
Jesucristo. La hermandad también quiere recordar a los hermanos difuntos,
aquellos que tanto dieron por la institución y de los que tanto hay que
aprender. Recordemos en nuestras oraciones a nuestros hermanos que nos
regalaron sus enseñanzas y su buen hacer, y sobre todo su cariño hacia nuestros
Sagrados Titulares, que son finalmente los que juzgarán nuestro discurrir por
este valle de lágrimas, el mismo que se reza en la Salve a la Santísima Virgen.
Elevemos una oración al Santísimo Cristo de la Buena Muerte y a nuestra Bendita
Madre de la Hiniesta para que los acoja en la vida eterna.
Convocatoria de cultos |
Dos cultos
principales de ámbito exequial se celebran en este mes de noviembre, la Santa
Misa a la Piedad de Nuestra Señora, titular de la hermandad, que
conforma el monumento funerario en honor de D. Antonio Castillo Lastrucci,
escultor e imaginero autor de nuestros Sagrados Titulares y la Misa de Réquiem por
todos nuestros hermanos fallecidos, será el homenaje que en forma de oración
hacemos por los que ya no están con nosotros. En especial recordamos a los
hermanos fallecidos en este último año: Joaquín
Sánchez Araujo, Carlos O´Neill Castrillo, marqués de la Granja, Rafael Martos
Núñez, Rvdo. Sr. D. Juan Manuel Cazorla Baena, párroco emérito de San Julián,
Rafael Navarro Gil, Antonio González Aguilar, Gabriel Lara Quesada, Juan Peña
Fernández y Carmen Fernández García.
El color
litúrgico que se utiliza en esta ceremonia en memoria de los fieles difuntos es el negro, aunque al estar en desuso,
se reconoce tras el Concilio Vaticano II el color morado como válido para estos
cultos exequiales.
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