miércoles, 30 de noviembre de 2016

Cultos de la Inmaculada Concepción (I)

Inmaculada Concepción
El próximo jueves 8 de diciembre se celebra, a las 12:00 horas, la Solemne Función en conmemoración de la definición del Dogma de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen. La Hermandad de la Hiniesta ha tenido históricamente especial consideración a esta fiesta principal de la Virgen María, así en 1613 fue la primera que celebró fiestas solemnes a este misterio inmaculista y en 1662 asistió a la procesión general por la Bula concepcionista del año anterior. En la primitiva bandera concepcionista de la hermandad, que puede observarse en parte, en una vitrina de la sala de exposición se conserva el reverso de la misma con el siguiente texto en latín: “Genitrici Omnipotentis ab Originali Macula Peccati Conceptam Dicimos Corde” (Decimos y confesamos de todo corazón que la Madre del Omnipotente fue concebida sin la mancha de pecado original). Este texto mandó grabar la hermandad en el camarín de la Santísima Virgen de la Hiniesta en 1613, convirtiéndose en el lema primitivo de la corporación. Hay que tener en cuenta que desde el punto de vista iconográfico la Virgen de la Hiniesta Gloriosa luce túnica roja y manto azul, primitivos colores alusivos a la Inmaculada Concepción de María. Era por tanto la solemnidad de la Inmaculada Concepción, junto con la de la Natividad de la Virgen, el 8 de septiembre, los acontecimientos religiosos más importantes de la hermandad.

Con la fusión en 1967 de la Hermandad de penitencia y gloria de la Virgen de la Hiniesta con la Hermandad sacramental de San Julián, se incorpora el bello simulacro de la Inmaculada Concepción de María, como titular de la Hermandad de la Hiniesta.

Nuestras Reglas actuales que se aprobaron en cabildo general extraordinario de 15 de febrero de 2004, recogen en el título de la hermandad a la Inmaculada Concepción, así mismo dice en su Regla 5, sobre las imágenes que “la Hermandad profesa especial devoción al Santísimo Sacramento y a la Inmaculada Concepción, constituyendo ésta una de sus advocaciones y siendo objeto de culto una Imagen de la Santísima Virgen en su Misterio Concepcional Inmaculado realizada por Alonso Cano”. Por lo que respecta a su culto del mes de diciembre, quedan definidos en la Regla 27, de los cultos anuales, en sus apartados o) que “El día 8 de diciembre, celebrará Función Solemne, en conmemoración de la definición del Dogma de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen. En el ofertorio de la misma se dará lectura al Voto a la Inmaculada Concepción”. El día de la Función a la Inmaculada Concepción es tradición en nuestra hermandad que se concedan los recordatorios y detalles a los hermanos que cumplen las bodas de plata y de oro de pertenencia a la corporación, como símbolo de fidelidad a la hermandad.

Aspectos artísticos

La primera noticia conocida sobre esta imagen data de 1779 cuando fue citada en la correspondencia mantenida entre Antonio Ponz, secretario de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, y el conde del Águila. Según contaba el aristócrata sevillano, la escultura procedía de la parroquia de La Campana y se había colocado poco antes en el nuevo retablo mayor que se había construido en la parroquia de Santa Lucía de Sevilla. Cuando esta iglesia fue clausurada en la revolución de septiembre de 1868, la imagen pasó al vecino templo de San Julián, haciéndose cargo de ella la Hermandad Sacramental. Fue de las pocas piezas que lograron salvarse del incendio de la parroquia en 1932, aunque los daños que sufrió obligaron a su restauración y a la realización de un nuevo juego de manos por Sebastián Santos Rojas. Tiene una altura de 1,41 cm.

Su autoría es motivo de controversia. Juan Agustín Ceán Bermúdez la vinculó al quehacer de Alonso Cano, una atribución que ha venido manteniéndose hasta nuestros días. Esta opinión se fundamenta en el hecho de que Cano contrató, el 18 de agosto de 1629, un retablo sobre la vida de la Virgen para la parroquia de La Campana que debía llevar en la hornacina central una imagen de la Inmaculada Concepción. De esta manera, la cronología de la imagen estaría enmarcada entre 1632 y 1634. No obstante, Emilio Gómez Piñol, catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla, ha propuesto recientemente, por razones estilísticas, su incorporación al catálogo de Juan Martínez Montañés, como en su momento defendiera el conde del Águila. Para Gómez Piñol su fecha de ejecución estaría entre las de otras dos Inmaculadas de Montañés, la de El Pedroso (1606-1608) y la "Cieguecita" de la catedral (1631).

Iconográficamente, responde al modelo típico de la Inmaculada utilizado en los talleres escultóricos y pictóricos barrocos sevillanos: Virgen muy joven, con la cabeza agachada, los ojos entornados y las manos unidas en gesto de recogimiento y oración. Apoya los pies sobre una luna creciente soportada por dos querubines.

La imagen fue restaurada en 2001 por el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, eliminándole los elementos metálicos y se limpio y se reintegraron zonas de policromía perdidas. El único aditamento que posee la imagen es un nimbo de plata de doce estrellas de doce puntas, realizado en 1947 por Juan Fernández.


El altar en el que se sitúa la Inmaculada Concepción es de estilo barroco, de madera policromada y proviene de la parroquia sevillana de la Sagrada Familia, adquirido en la década de los sesenta de la centuria pasada por la Hermandad Sacramental de San Julián, antes de fusionarse con la de la Hiniesta. El retablo se conforma por una mesa de altar de madera oscura, elemento que no proviene del primitivo, un banco donde se encuentra un sagrario de plata y sobre el que hay un manifestador con frontón triangular sostenido por dos columnas. A ambos lados aparecen dos esculturas exentas de pequeño tamaño de San Antonio con el Niño y de la Virgen del Carmen, de Olot y que se datan a finales de la década de los cuarenta del siglo pasado. Posee un único cuerpo donde se sitúa una hornacina cuyo arco se rodea por una guirnalda de flores, frutas y lazos, en ella se localizan la talla de la Inmaculada Concepción; el fondo se decora con pinturas que representan un cielo nebuloso ejecutado en tonos tierras, verdes, grises. El retablo tiene unas dimensiones de 520 cm x 350 cm x 98 cm.

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