Inmaculada Concepción |
El
próximo jueves 8 de diciembre se celebra, a
las 12:00 horas, la Solemne Función
en conmemoración de la definición del
Dogma de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen. La Hermandad de la Hiniesta ha tenido
históricamente especial consideración a esta fiesta principal de la Virgen
María, así en 1613 fue la primera que
celebró fiestas solemnes a este misterio inmaculista y en 1662 asistió a la
procesión general por la Bula concepcionista del año anterior. En la primitiva
bandera concepcionista de la hermandad, que puede observarse en parte, en una
vitrina de la sala de exposición se conserva el reverso de la misma con el
siguiente texto en latín: “Genitrici
Omnipotentis ab Originali Macula Peccati Conceptam Dicimos Corde”
(Decimos y confesamos de todo corazón que la Madre del Omnipotente fue
concebida sin la mancha de pecado original). Este texto mandó grabar la
hermandad en el camarín de la Santísima Virgen de la Hiniesta en 1613, convirtiéndose
en el lema primitivo de la corporación. Hay que tener en cuenta que desde el
punto de vista iconográfico la Virgen de la Hiniesta Gloriosa luce túnica roja
y manto azul, primitivos colores alusivos a la Inmaculada Concepción de María.
Era por tanto la solemnidad de la Inmaculada Concepción, junto con la de la
Natividad de la Virgen, el 8 de septiembre, los acontecimientos religiosos más
importantes de la hermandad.
Con la fusión en 1967 de la Hermandad de penitencia
y gloria de la Virgen de la Hiniesta con la Hermandad sacramental de San
Julián, se incorpora el bello simulacro de la Inmaculada Concepción de María,
como titular de la Hermandad de la Hiniesta.
Nuestras
Reglas actuales que se aprobaron en cabildo general extraordinario de 15 de
febrero de 2004, recogen en el título de la hermandad a la Inmaculada
Concepción, así mismo dice en su Regla 5, sobre las imágenes que “la
Hermandad profesa especial devoción al Santísimo Sacramento y a la Inmaculada Concepción,
constituyendo ésta una de sus advocaciones y siendo objeto de culto una Imagen
de la Santísima Virgen en su Misterio Concepcional Inmaculado realizada por
Alonso Cano”. Por lo que respecta a su culto del mes de diciembre, quedan
definidos en la Regla 27, de los cultos anuales, en sus apartados o) que “El
día 8 de diciembre, celebrará Función Solemne, en conmemoración de la
definición del Dogma de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen. En el
ofertorio de la misma se dará lectura al Voto a la Inmaculada Concepción”. El
día de la Función a la Inmaculada Concepción es tradición en nuestra hermandad
que se concedan los recordatorios y detalles a los hermanos que cumplen las
bodas de plata y de oro de pertenencia a la corporación, como símbolo de
fidelidad a la hermandad.
Aspectos
artísticos
La
primera noticia conocida sobre esta imagen data de 1779 cuando fue citada en la
correspondencia mantenida entre Antonio Ponz, secretario de la Real Academia de
Bellas Artes de San Fernando de Madrid, y el conde del Águila. Según contaba el
aristócrata sevillano, la escultura procedía de la parroquia de La Campana y se
había colocado poco antes en el nuevo retablo mayor que se había construido en
la parroquia de Santa Lucía de Sevilla. Cuando esta iglesia fue clausurada en
la revolución de septiembre de 1868, la imagen pasó al vecino templo de San
Julián, haciéndose cargo de ella la Hermandad Sacramental. Fue de las pocas
piezas que lograron salvarse del incendio de la parroquia en 1932, aunque los
daños que sufrió obligaron a su restauración y a la realización de un nuevo
juego de manos por Sebastián Santos Rojas. Tiene una altura de 1,41 cm.
Su
autoría es motivo de controversia. Juan Agustín Ceán Bermúdez la vinculó al
quehacer de Alonso Cano, una atribución que ha venido manteniéndose hasta
nuestros días. Esta opinión se fundamenta en el hecho de que Cano contrató, el
18 de agosto de 1629, un retablo sobre la vida de la Virgen para la parroquia
de La Campana que debía llevar en la hornacina central una imagen de la
Inmaculada Concepción. De esta manera, la cronología de la imagen estaría
enmarcada entre 1632 y 1634. No obstante, Emilio Gómez Piñol, catedrático de Historia
del Arte de la Universidad de Sevilla, ha propuesto recientemente, por razones
estilísticas, su incorporación al catálogo de Juan Martínez Montañés, como en
su momento defendiera el conde del Águila. Para Gómez Piñol su fecha de
ejecución estaría entre las de otras dos Inmaculadas de Montañés, la de El
Pedroso (1606-1608) y la "Cieguecita" de la catedral (1631).
Iconográficamente,
responde al modelo típico de la Inmaculada utilizado en los talleres
escultóricos y pictóricos barrocos sevillanos: Virgen muy joven, con la cabeza
agachada, los ojos entornados y las manos unidas en gesto de recogimiento y
oración. Apoya los pies sobre una luna creciente soportada por dos querubines.
La
imagen fue restaurada en 2001 por el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico,
eliminándole los elementos metálicos y se limpio y se reintegraron zonas de
policromía perdidas. El único aditamento que posee la imagen es un nimbo de
plata de doce estrellas de doce puntas, realizado en 1947 por Juan Fernández.
El altar
en el que se sitúa la Inmaculada Concepción es de estilo barroco, de madera
policromada y proviene de la parroquia sevillana de la Sagrada Familia,
adquirido en la década de los sesenta de la centuria pasada por la Hermandad
Sacramental de San Julián, antes de fusionarse con la de la Hiniesta. El
retablo se conforma por una mesa de altar de madera oscura, elemento que no
proviene del primitivo, un banco donde se encuentra un sagrario de plata y
sobre el que hay un manifestador con frontón triangular sostenido por dos
columnas. A ambos lados aparecen dos esculturas exentas de pequeño tamaño de
San Antonio con el Niño y de la Virgen del Carmen, de Olot y que se datan a
finales de la década de los cuarenta del siglo pasado. Posee un único cuerpo
donde se sitúa una hornacina cuyo arco se rodea por una guirnalda de flores,
frutas y lazos, en ella se localizan la talla de la Inmaculada Concepción; el
fondo se decora con pinturas que representan un cielo nebuloso ejecutado en
tonos tierras, verdes, grises. El retablo tiene unas dimensiones de 520 cm x
350 cm x 98 cm.
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