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Virgen de la Hiniesta |
Hace siete días que las puertas
de la Gloria, del cielo de San Julián, esas que tienen por forma una ojiva, debieron
abrirse para que el sueño se volviera a repetir un año más. Hace siete días
todo estaba preparado, los pasos, las insignias, los nazarenos, pero sobre todo
la ilusión ante un nuevo Domingo de Ramos. Hace siete días todo estaba por
consumar y el día de los sueños más hermosos, esa jornada añorada día tras día
durante el resto del año aparecía ante nuestros ojos como un regalo para el espíritu.
Y el sueño comenzó, se abrieron
las puertas, el pálpito de los corazones hiniestos latía acelerado y de nuevo
sonaban las notas del maestro Peralto en el viejo San Julián, “Hiniesta” y
“Cristo de la Buena Muerte”, para nuestro Cristo dormido en su más dulce Buena
Muerte. Lentamente se acercaba a la Madre Hiniesta y procedía a presentarse
ante el pueblo sevillano, pero el sueño se rompió como desagradable pesadilla
en forma de lluvia que no permitió cumplirlo.
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Altar de insignias |
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Virgen de la Hiniesta |
La Junta de Gobierno reunida en
cabildo de oficiales de urgencia y tras consulta a los profesionales en la
materia, decidió realizar la estación de penitencia ante las lluvias débiles e
intermitentes que nos anunciaban. Nada más lejos de la realidad cuando esa
debilidad e intermitencia no se produjo durante los quince minutos que se tardó
en sacar a nuestros nazarenos del cortejo del Santísimo Cristo de la Buena
Muerte y Santa María Magdalena, ante lo cual se decidió suspender
definitivamente la estación de penitencia de 2012. Lamentamos profundamente que
nuestros nazarenos sufrieran esta contrariedad, que en ningún momento pensamos
que pudiera producirse con la persistencia que tuvo. Al poco tiempo, las
condiciones meteorológicas mejoraron y la mitad del Domingo de Ramos, con
nuestras Cofradías hermanas de San Roque, la Estrella, la Amargura y el Amor,
pudieron realizar sus estaciones de penitencia, pero faltaba el sueño en azul y
plata, le faltaba al Domingo de Ramos la alegría de San Julián, sus nazarenos
vestidos de cielo y pureza blanca de la luz del día más bonito del año, faltaba
la ternura del Cristo de la Buena Muerte y el dolor de Santa María Magdalena y
faltaba la más Sublime Estrella consolando y auxiliando a los sevillanos.
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Paso de María Stma. de la Hiniesta |
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Detalle lateral del paso |
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Cristo de la Buena Muerte |
Agradecemos a nuestros hermanos,
costaleros, capataces, músicos, auxiliares, acólitos y lógicamente a todos los nazarenos,
su actitud comprensiva durante los tensos momentos de espera, su respeto, sus
lágrimas de alegría que eran nuestras propias lágrimas de emoción, unión y
hermandad ante una unánime ilusión desbordada cuando anunciamos que se
realizaría la estación de penitencia, agradecemos la entereza y disciplina de
todos los hermanos ante la tristeza de no poder finalmente realizar la estación
de penitencia, pese a intentarlo hasta el último momento. Son muchos años los
que nos quedan por dar público testimonio de fe, acompañando al Santísimo
Cristo de la Buena Muerte, Santa María Magdalena y María Santísima de la
Hiniesta Dolorosa, y allí estaremos nuevamente, si Dios quiere. Él que escribe
derecho con renglones torcidos sabe los motivos de todos los acontecimientos y
debemos considerarlo como un sacrificio al Señor, una ofrenda y un testimonio
de verdadera fe. Sabemos que los hermanos de la Hiniesta ya estamos pensando en
el próximo Domingo de Ramos, y es que los que vivimos en azul y en plata, los
que soñamos en azul y en plata, los que reímos y lloramos en azul y plata, no
podemos decaer nuestro ánimo, porque es tan fuerte esa devoción y ese
sentimiento, que pasarán muchos años en los que sabremos que seremos escolta
fiel del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, Santa María Magdalena y María
Santísima de la Hiniesta Dolorosa.
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Vista del paso del Cristo de la Buena Muerte |
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Cristo de la Buena Muerte |
La Junta de Gobierno que piensa
en el patrimonio artístico y humano de la Hermandad durante todo el año, y no sólo el Domingo de Ramos, trabaja ya para
preparar la próxima estación de penitencia que será esplendorosa como merecen
nuestros Sagrados Titulares y el pueblo de Sevilla. El sueño truncado no quiere
decir que se acabe definitivamente, simplemente se pospone, pero resurgirá
antes de lo que creamos y entonces ahí estaremos con el alma encendida, con las
lágrimas en los ojos por ver como un año más hacemos realidad un sueño en azul
y plata.
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Virgen de la Hiniesta Dolorosa |
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