miércoles, 30 de marzo de 2011

Crónica de los cultos a la Virgen de la Hiniesta Dolorosa


El pasado domingo 27 de marzo celebramos la Función Principal de Instituto, el culto interno más importante que hacemos durante el curso, puesto que en él manifestamos nuestra condición de católicos y de miembros de la Hermandad, con la protestación pública de fe y la jura o promesa de las Reglas. Desde primeras horas de la mañana, gran número de hermanos se acercaban por los alrededores de la iglesia de San Julián, para asistir a un acto tan importante. Fue un magnífico final de los solemnísimos cultos en honor de María Santísima de la Hiniesta Dolorosa, con el Septenario que fue predicado magistralmente por el Rvdo. Sr. D. Antonio María Calero de los Ríos, S.D.B., que nos enseñó las bondades de María en distintas facetas y que demostró los conocimientos que tiene en materia de mariología. Participó de forma muy activa en las ceremonias de recibimiento y jura de las Reglas para los nuevos hermanos y aquellos que hacían la renovación del voto a los 16 años, el segundo, cuarto y sexto día del Septenario. Con carácter afable y cercano invitó a los nuevos hermanos a que participaran de su Hermandad e instó a la Hermandad para que acogiera a los nuevos hermanos y les ayudara en su formación como cristianos. El último día del Septenario y siguiendo las indicaciones de la Conferencia Episcopal Española, la exposición del Santísimo Sacramento y la procesión claustral, con la que finalizaba el culto, tuvo una especial significación en defensa de la vida, no obstante el día anterior, 25 de marzo, Encarnación del Señor, la Conferencia Episcopal solicitaba hacer una vigilia por la vida. El padre Calero de los Ríos, durante sus predicaciones y con un lenguaje asequible y fácil de comprender, tuvo palabras de autocrítica hacia la Iglesia, pero también de compromiso y de la necesidad de alimentar nuestra fe, con la formación cristiana, con la lectura de textos religiosos y con la voluntad individual de cada uno de nosotros en no avergonzarse de ser católicos en la sociedad, dando un testimonio real y vivo de nuestra condición de seguidores de Cristo. Las intenciones de los días del Septenario se aplicaron por las Comunidades Religiosas de Santa Paula, San Clemente, San Cayetano y Santa Isabel, así como por el eterno descanso de Dª. Angélica Blanco Valle y de nuestros hermanos D. Enrique Román Romero y D. Diego Lencina Giménez. Durante los días del Septenario, el cuerpo de acólitos lució las antiguas dalmáticas azules bordadas en plata, que han sido recuperadas para el culto interno, gracias a la labor realizada por el Grupo de Hermanas del Ropero de la Santísima Virgen.





La Santísima Virgen de la Hiniesta Dolorosa, aparecía en el intradós del camarín de la Virgen de la Hiniesta Gloriosa, en un hermoso altar de cultos con profusión de cera y distintas especies florales blancas (lilium, rosa, clavel, astroemedia) en las antiguas jarras del paso de palio. La Santísima Virgen estaba vestida de hebrea durante los días que duró el Septenario, es decir, con su manto azul y saya roja y el tradicional tocado de hebrea y con los únicos aditamentos del nimbo de estrellas, la corona de espinas y el puñal en su pecho. El día de la Función Principal de Instituto, la Virgen de la Hiniesta aparecía vestida de reina, con el manto azul bordado en plata que realizara en 2008 José Infantes Chamizo, aprovechando los bordados del antiguo faldón del paso de palio, y con la saya burdeos bordada en oro que realizara en 1916 nuestro hermano Juan Manuel Rodríguez Ojeda. Portaba la corona dorada que habitualmente usa para la salida procesional, puñal y medalla de la ciudad, además del pañuelo y rosario. El altar compuesto por cuatro niveles de altura en sentido decreciente, se formaba por los antiguos respiraderos de orfebrería y bordados, que se realizaran en 1967 por el Taller de Villarreal y el de Carrasquilla. Siendo el último nivel, el presidido por la Santísima Virgen de la Hiniesta sobre peana de metal plateado y expositor con los restos calcinados de la antigua imagen dolorosa de la Hiniesta, a sus pies. El presbiterio alto, a ambos lados del altar se cubría por sendos cortinajes rojos con los tapices tapices del Excelentísimo Ayuntamiento. En el plan de altar, además de las jarras anteriormente citadas, aparecían también sacras, portapaces y cera, y en el manifestador una imagen de un Niño Jesús pasionista representando el Sagrado Corazón de Jesús.





El día de la Función Principal de Instituto, gran número de hermanos participaron en la Eucaristía, así como una importante cantidad de Hermandades e instituciones. Estuvieron presentes, el Presidente del Consejo General de Hermandades y Cofradías de Sevilla, nuestro hermano D. Adolfo Arenas Castillo, el Delegado del Domingo de Ramos, D. Francisco Vélez de Luna y el Delegado de Hermandades de Gloria del Consejo de HH.CC. de Sevilla. Representaciones de las Comunidades Religiosas de Santa Isabel y San Cayetano, las Hermandades de Jesús Despojado, Paz, Cena, San Roque, la Estrella, la Amargura, el Amor, Cerro del Águila, Negritos, Montesión, Pasión, Sagrada Mortaja, Servitas, Trinidad y del Rosario de San Julián.




En esta ocasión nuestro Vicario parroquial, el Rvdo. Sr. D. Diego Díaz Ramos fue el encargado de predicar la Solemne Función, auxiliado por un sacerdote. Todo el cortejo litúrgico lucía sus mejores galas con las dalmáticas azules bordadas en plata. Tras la predicación de nuestro Vicario parroquial, el Secretario en nombre de la Hermandad hizo la protestación de fe, que concluyó con la promesa o jura de los presentes, que durante cerca de media hora renovaron el tradicional voto de aceptación de nuestras creencias religiosas y de las Reglas de la Hermandad. La Coral Polifónica “Virgen de la Hiniesta”, con el acompañamiento del cuarteto Alius, nos deleitó con sus interpretaciones, con piezas de Braña, Gounod, Kodaly, Luis Bedmar, Haendel y Mozart. Durante cerca de media hora, los hermanos confesaron y prometieron su fe ante la mirada atenta de nuestra Madre Hiniesta. Toda la ceremonia resultó solemnísima tal y como requiere un culto tan principal. Cuando se iniciaba la procesión de despedida, la Junta de Gobierno posó junto con el Rvdo. Sr. D. Diego Díaz Ramos, para perpetuar este acto en una instantánea.





A la finalización de la ceremonia religiosa, pudimos disfrutar de la tradicional comida de Hermandad, en la que en esta ocasión y con gran alegría participaron más de cien hermanos, en el Restaurante Robles Placentines. En un ambiente de verdadera Hermandad y cordialidad pasamos una distendida convivencia para empezar a contar los escasos días que faltan para el soñado Domingo de Ramos. Durante la comida de Hermandad pudimos oír y deleitarnos con la voz de Soledad Navarro, al cantar sendas saetas dedicadas al Santísimo Cristo de la Buena Muerte y a María Santísima de la Hiniesta.





Hubo un sorteo de diferentes regalos y unas palabras de nuestro Hermano Mayor, que agradeció a todos los hermanos su presencia en un acto tan entrañable como éste. Terminada la comida se continuó la jornada en la Casa de Hermandad, donde la Diputación de Obras Asistenciales se encargó de explotar el bar con bebidas y dulces típicos de la Cuaresma y en un ambiente realmente cordial.





No hay comentarios: