martes, 21 de julio de 2020

Nuestra historia

La Virgen de la Hiniesta en el retablo mayor de San Julián

 La Virgen de la Hiniesta Gloriosa, que desde su llegada a San Julián había permanecido en su capilla en la cabecera de la nave del evangelio, fue entronizada en el retablo mayor de la parroquia en 1674. Todo vino motivado porque el templo estaba sin retablo mayor y no había dinero para construir uno, de manera que el clero de la parroquia negoció la cesión de la capilla mayor, a cambio de la construcción del retablo, con la familia de mayor peso social y económico de las vinculadas a San Julián, los Monsalve. Así, en 1635, se entablaron conversaciones con Francisco de Monsalve, deán de la catedral de Sevilla, llegándose rápidamente a un acuerdo para la cesión de la capilla mayor y la construcción de un panteón familiar y de un retablo para situar en él a la Virgen de la Hiniesta, de manera que quedara presidiendo la iglesia. El contrato para la construcción del retablo se firmó el 25 de octubre de 1640 entre Francisco de Monsalve y el escultor Felipe de Ribas.

Probablemente, la muerte de Francisco de Monsalve en 1641 fue la causa de la paralización de la obra tras colocarse el primer cuerpo del retablo en el presbiterio de San Julián. El 25 de febrero de 1647, Felipe de Ribas firmó nueva escritura de obligación con los albaceas y herederos del deán para su finalización, pero las obras no concluyeron hasta veintisiete años después. Entre 1671 y 1674, Antonio de Monsalve, primer patrono del patronato fundado por Francisco de Monsalve, se gastó más de 14.000 ducados, entre otras muchas cosas, en la conclusión del trabajo de madera del retablo y su dorado, la decoración con yeserías de la capilla, las gradas de jaspe del presbiterio y las barandillas, los atriles y los lampareros de hierro dorado. Ello permitió que la Virgen de la Hiniesta, tras una fastuosa procesión por las calles del barrio, fuera entronizada en el camarín del nuevo retablo mayor en la tarde del 7 de septiembre de 1674.

La reja que cerraba la antigua capilla de la Hiniesta se fundió en 1681 para construir los lampadarios de la capilla mayor que aún subsisten. La inscripción que presentaba se reprodujo en una lápida de mármol, hoy situada en la solería de la cabecera de la nave del evangelio.

 

Francisco S. Ros González

Teniente Hermano Mayor

Profesor Departamento Historia del Arte

Universidad de Sevilla

 

Pie de foto: El retablo mayor de San Julián antes del incendio de 1932.

 


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