martes, 21 de junio de 2016

SAN LUIS GONZAGA

Hoy 21 de junio, la Iglesia universal celebra la fiesta del jesuita italiano SAN LUIS GONZAGA. Nació en la Lombardía (Italia) en 1568, perteneciente a una familia noble de ambiente militar. Desde muy niño tuvo una intensa vida espiritual y pese a la oposición paterna, orientó su existencia hacía el camino de la pureza y la virtud.
A los catorce años entró al noviciado romano en la Compañía de Jesús, olvidó totalmente su origen noble y escogió para sí mismo los encargos más humildes, dedicándose al servicio de los enfermos. Estaba en posesión de un fuerte temperamento que le llevó a someterse a una disciplina rigurosísima marcando su carisma vital al fin de librarse de las tentaciones mundanas.
Murió a los 23 años, en el día que él mismo había anunciado: el 21 de junio de 1591. El cuerpo de San Luis se encuentra en Roma, en la Iglesia de San Ignacio. Las duras penas a las que se sometió son el signo de una determinación fuera de lo común que se había fijado desde su infancia: la santidad.  
“Consagración de San Luis Gonzaga como patrono de la Juventud” de Francisco de Goya. Ermita de la Virgen de Jaraba, Calatayud (Zaragoza).
Beatificado por Paulo V el 19 de octubre de 1605, y canonizado el 13 de diciembre de 1726 por Benedicto XIII, quien lo declaró patrono de la juventud cristiana, título confirmado por Pio XI en 1926.
Desde estas líneas felicitamos a todos los hermanos y devotos de la Hiniesta que hoy celebra su onomástica.  
 
ORACIÓN A SAN LUIS PARA PEDIR LA PUREZA
“Inocentísimo Luis, que por especial gracia de Dios y con el auxilio de la Inmaculada Virgen Maria estuviste siempre libre, no sólo de toda culpa grave, sino aún de las tentaciones contra la pureza, humildísimamente te ruego que me alcances del Purísimo Corazón de Jesús, que todo lo padeció menos ser calumniado contra esta virtud, y de su excelsa Madre, la Virgen Purísima e Inmaculada, la gracia de resistir siempre al punto cualquier pensamiento impuro, Y de morir mil veces antes que manchar mi alma con un pecado grave. Amén”.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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