"Un servidor no ha nacido en la provincia de Sevilla. Pero pueden estar bien seguros de que la provincia de Sevilla ha nacido y vive en mí con hondos sentimientos de afecto y gratitud". En estos términos se expresó el cardenal arzobispo emérito de Sevilla, monseñor Carlos Amigo Vallejo, para agradecer la concesión del título de hijo adoptivo de la provincia de Sevilla que le fue entregado el lunes, 23 de mayo, en el curso de un acto que se celebró en el Patio de la Diputación.
El cardenal fue el encargado de pronunciar el discurso de agradecimiento en nombre de todos los premiados en esta edición que organiza la Diputación de Sevilla. En otro momento de su alocución, subrayó que estas distinciones "rezuman una especial alegría, al saber que aquello que se premia es haber hecho algo por servir a los demás", en alusión al argumento expresado por el presidente de la Diputación, Fernando Rodríguez Villalobos, al justificar la concesión de estos premios anuales.
"El esfuerzo queda más que recompensado al saber que puede haber contribuido a que las gentes se sientan mañana un poco más felices y, desde luego, más consideradas en su dignidad", concluyó monseñor Amigo Vallejo.
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