Felicidades Hiniesta y gracias
por este privilegio, estar contigo cuando se cumplen ochenta años de tu bendición. Gracias Hiniesta porque nos ha legado
tu historia. La del rico patrimonio heredado de quienes recuperaron tu
histórico esplendor. El cariño que profesaron los hermanos que levantaron los
muros de esta Iglesia del fuego de la intolerancia. La voluntad por levantar la hermandad de sus propias
cenizas, y hacerla grande. Gracias por las manos primorosas que guardan tu
ajuar entre algodones, las almas que se desvelan para que luzcas primorosa.
Gracias porque tu mirada
cobija el dolor, el sacrificio y las necesidades de tus devotos y en su
grandeza encuentran ayuda y consuelo.
Gracias Madre concebida sin
pecado original, ataviada con tu sello de identidad, tal y como te imaginó el maestro Juan Manuel. Más de cuatro siglos y medios reinando en los
corazones de San Julián, y ahora creada por la gubia de Castillo Lastrucci.
Ochenta años rogando por nosotros, confidente de nuestros sentimientos,
repartiendo tu cariño, bondad y salud.
FELICIDADES HINIESTA.
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