viernes, 17 de octubre de 2008

Jornada Mundial de las Misiones

El 19 de octubre se celebra la Jornada Mundial de las Misiones, el famoso DOMUND. En nuestra Archidiócesis esté día tiene especial interés, ya que en fechas próximas tres religiosos sevillanos serán enviados a diversos destinos de misión, Chile, Perú y Santo Domingo. Según se destaca en un comunicado de la Delegación Diocesana de Misiones y Ecumenismo, que dirige el sacerdote Manuel Portillo, el ministerio de los tres religiosos constituye un “impulso vital para la Iglesia de Sevilla”.

En palabras de Su Santidad, Benedicto XVI, es un deber urgente para todos anunciar a Cristo y su mensaje salvífico. “¡Ay de mí –afirmaba san Pablo- si no predicara el Evangelio! (1 Cor 9, 16). En el camino de Damasco había experimentado y comprendido que la redención y la misión son obra de Dios y de su amor. El amor de Cristo lo condujo a recorrer los caminos del Imperio Romano como heraldo, apóstol y maestro del Evangelio, del que se proclamaba “embajador entre cadenas” (Ef 6, 20). La caridad divina hizo que se hiciera “todo a todos para salvar a toda costa a algunos” (1 Cor 9, 22). Contemplando la experiencia de san Pablo, comprendemos que la actividad misionera es respuesta al amor con el que Dios nos ama. Su amor nos redime y nos empuja a la missio ad gentes; es la energía espiritual capaz de hacer crecer en la familia humana la armonía, la justicia, la comunión entre las personas, las razas y los pueblos, a la que todos aspiran (cfr. Deus caritas est, 12). Es Dios, que es Amor, quien conduce la Iglesia hacia las fronteras de la humanidad, quien llama a los evangelizadores a beber “de la primera y originaria fuente que es Jesucristo, de cuyo corazón traspasado brota el amor de Dios” (Deus caritas est, 7). Solamente en esta fuente se pueden conseguir la atención, la ternura, la compasión, la acogida, la disponibilidad, el interés por los problemas de la gente, y aquellas otras virtudes necesarias a los mensajeros del Evangelio para dejarlo todo y dedicarse completa e incondicionalmente a esparcir en el mundo el perfume de la caridad de Cristo.
.

No hay comentarios: