jueves, 31 de diciembre de 2020

Bitácora de San Julián: Mes de añoranza y felicidad


 

Diciembre siempre ha sido mes de esperanza ,de ilusiones y de nostalgias. Este del 2020 no ha sido diferente, aunque las perspectivas no sean precisamente simples. Quizás por eso, y en contra de toda racionalidad, ha sido más hermoso. La Función de la Inmaculada tuvo un aire más íntimo, más profundo, más necesario. Creo que a los mayores nos trajo imágenes de otros tiempos, cuando la medida aún existía, cuando el ruido del consumo no era tan atronador. Hasta la homilía tuvo ecos de antaño, de sentimientos y temores que nos inculcaron en aquella infancia ya irrecuperable. Hasta el tono, a veces intenso, a veces sosegado, suspendía en el espacio un aire de años perdidos en un San Julián que, aunque completaba el aforo permitido, dejaba ver huecos que posibilitaban la reflexión individual, sobre el convencimiento no buscado pero encontrado. El azul Hiniesta y el azul Inmaculada se encontraban en un todo que nos hacia aún mas creyentes de un Dogma que, antes que Roma,Sevilla consagró.

El complemento ideal fue el reparto de medallas y diplomas, que confirmaban que sus legítimos poseedores llevaban cincuenta años bajo la advocación de nuestros corazones. Cuántas caricias olvidadas, cuántos Domingos de Ramos en sus ojos, en los de sus padres, en los de sus hijos y nietos. Cuántos besos de despedidas, cuántos abrazos de cariño y de alegría en esas naves, cuántas levantas al cielo con Ella…y, desde el retablo, La Hiniesta Gloriosa acompañaba a la maravillosa Inmaculada de Alonso Cano a sus pies. Fue un día perfecto, una Función que ninguno olvidaremos por sus formas y, sobre todo, por su fondo.

El resto de los cultos y obligaciones se ejecutaron con total y absoluta normalidad. Todo marcha bien, a pesar de los problemas que conlleva la situación de pandemia actual. No nos equivoquemos, lo que nos mueve es la Fe, no las esperanzas de las vacunas, que también. Jesús ha nacido y Él, con su Buena Muerte, nos marcó el camino: ayudar a nuestros hermanos. Navidad especial esta, de nuevo más intima, más reflexiva, como debería ser siempre.Desgraciadamente dejó de serlo hace años, pero ahora vuelve y eso es hermoso. Con el tiempo nos daremos cuenta de que los caminos de Dios son inescrutables y que, para que haya luz, hacen falta sombras. Diciembre hermoso en San Julián, el Señor ya está con nosotros.

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