domingo, 23 de agosto de 2020

Evangelio del 23/08/2020

 Mt 16,13-20: Tú eres Pedro y te daré las llaves del reino de los cielos.


En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos:

-«¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?»

Ellos contestaron:

-«Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.»

El les preguntó:

-«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»

Simón Pedro tomó la palabra y dijo:

-«Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.»

Jesús le respondió:

-«¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha re­velado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo.

Ahora te digo yo:

Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará.

Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desa­tado en el cielo. »

Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías.


La Iglesia, pues, no se fundamenta sobre la doctrina, sino sobre la fe de Pedro, que es un misterio de confianza (emunah) en la palabra de Jesús, quien nos ha revelado la salvación de Dios. Ni el mismo Pedro sería nada sin la confesión de su fe en Cristo e Hijo de Dios (con todo lo que ello implica), ni la Iglesia tendría sentido sin el Cristo e Hijo de Dios confesado por Pedro. Pedro, por ello, no está situado por encima de la Iglesia, sino que recibe esa misión y lleva a cabo ese servicio en el seno de la misma comunidad a la que sirve con la confesión de su fe.

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