Segundo domingo de Adviento
San Marcos 1,
1-8
Principio del
evangelio de Jesucristo, hijo de dios.
Como está escrito en
el profeta Isaías: “he aquí, yo envio mi mensajero delante de tu faz, el cual
preparara tu camino”. Una voz del que clama en el desierto:
"preparad el camino del señor, allanad sus senderos." Juan bautizaba
en el desierto, predicando el bautismo de arrepentimiento para el perdón de
pecados. Y acudía a él toda la región de Judea, y toda la gente de Jerusalén,
y confesando sus pecados, eran bautizados por él en el río Jordán. Juan
estaba vestido de pelo de camello, tenía un cinto de cuero a la cintura, y
comía langostas y miel silvestre. Y predicaba, diciendo: “Detrás de mí
viene uno que es más poderoso que yo, a quien no soy digno de desatar,
inclinándome, la correa de sus sandalias. Yo os bauticé con agua,
pero el os bautizará con el Espíritu Santo”.
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