El adviento (latín: adventus Redemptoris,
«venida del Redentor») es el primer período del año litúrgico cristiano, que
consiste en un tiempo de preparación para el nacimiento de Cristo. Su duración
es de 21 a 28 días, dado que se celebran los cuatro domingos más próximos a la
festividad de Navidad.
Durante este periodo los feligreses se preparan para celebrar la
conmemoración del nacimiento de Jesucristo y para renovar la esperanza en la
segunda Venida de Cristo Jesús, al final de los tiempos. El sentido del
Adviento es avivar en los creyentes la espera del Señor. En la carta de nuestro
Arzobispo con motivo del inicio de este tiempo litúrgico, explica este tiempo
de espera en los siguientes términos:
“La vigilancia cristiana es una
actitud positiva que tiene como base el optimismo sobrenatural de sabernos
hijos de un Dios que es Padre, que quiere nuestra salvación y nuestra felicidad
y que nos da los medios para alcanzarla. Es concebir la vida cristiana como una
respuesta amorosa a un Dios que nos ama, que es fiel a sus promesas y que
espera nuestra fidelidad con la ayuda de su gracia”.
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