sábado, 11 de noviembre de 2017

12 de noviembre de 2.017, día de la Iglesia diocesana

Resumen de la carta pastoral de nuestro arzobispo

La Iglesia diocesana, puente o escalera para el encuentro con el Señor

Celebramos en este domingo el Día de la Iglesia Diocesana. Ocurre a veces que cuando tratamos de explicar el servicio que presta la Iglesia a la sociedad, mucho de nosotros, y también los medios de comunicación, nos quedamos en los aspectos externos, especialmente en la ayuda de las instituciones eclesiales a los pobres, los marginados y los que sufren. Y qué duda cabe de que la diaconía de la caridad es uno de los tres flancos decisivos en la vida de la Iglesia, junto con el anuncio y la celebración de la fe. Si la Iglesia olvidara el servicio a los pobres no sería la Iglesia de Jesús.
Pero la Iglesia es mucho más. Es el sacramento de Jesucristo, la prolongación de Cristo en el tiempo y el ámbito natural de nuestro encuentro con Dios. La Iglesia es Cristo mismo que sigue predicando y enseñando, acogiendo a todos, perdonando los pecados, sanando y santificando. Es, como escribiera san Ireneo de Lyon en los finales del siglo II, la escalera de nuestra ascensión hacia Dios. Es el puente que salva la lejanía y la distancia entre el Cristo celestial, único mediador y salvador, y la humanidad peregrina. Siguiendo a san Cipriano de Cartago, es la madre que nos ha engendrado y que nos permite tener a Dios por Padre. Al sentirla como madre, la sentimos también como nuestra familia, como el hogar cálido que nos acoge y acompaña, la mesa familiar en la que restauramos las fuerzas desgastadas y el manantial de agua purísima que nos purifica y nos renueva. Ella custodia la memoria viva de Jesucristo, nos sirve la Palabra de Dios y nos brinda los dones de la salvación, la vida divina, el pan de la Eucaristía y la mediación sacramental de los sacerdotes, a través de los cuales nos llega la gracia santificante. 
Ella propicia nuestra formación cristiana, nos enseña a orar, nos permite vivir y celebrar nuestra fe y nos impulsa al testimonio y al apostolado. Lo que la Iglesia es para toda la humanidad, eso mismo es proporcionalmente la Iglesia diocesana. Por ello, invito a nuestros fieles a vivir nuestra pertenencia a la Archidiócesis con alegría y con inmensa gratitud al Señor. Gracias a ella podemos vivir nuestra vida cristiana alentados, acompañados y arropados por una auténtica comunidad de hermanos.
Pero hemos de vivir también nuestra pertenencia a la Iglesia con responsabilidad, de manera que lo que la Iglesia es para nosotros, lo sea también a través nuestro, es decir: puente, escalera, hogar fraterno, familia, mesa y manantial y, sobre todo, anuncio ilusionado y entusiasta de Jesucristo a nuestros hermanos con obras y palabras.
Por ello, otra de las finalidades de esta jornada es solicitar la ayuda económica generosa de los fieles. Una forma de ayudar a la Iglesia es a través de la declaración de la renta, cada año, asignando el 0,7 % de nuestros impuestos a favor de la Iglesia. Otras formas son las donaciones directas, en forma de cuotas, suscripciones, donativos, legados o testamentos, y siendo generosos en la colecta de este domingo, que tiene como destino la Archidiócesis. Con mi gratitud anticipada, para todos mi abrazo fraterno, con mi oración y bendición.
+ Juan José Asenjo Pelegrina
 Arzobispo de Sevilla







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