Reproducimos un escrito, remitido por N.H.D. José Antonio Romero Pérez, próximo Hermano Mayor de nuestra Hermandad, en el que hace una serie de reflexiones, siete días después del Cabildo General Ordinario de Elecciones.
Pasado el cabildo de elecciones en el que los
hermanos depositaron su confianza en nuestra candidatura, es el momento de
poner en valor una serie de cuestiones relevantes que han marcado el devenir de
la Junta de
Gobierno que ahora termina su mandato, y de la que me precio haber sido su
Teniente de Hermano Mayor. He procurado asistir a nuestro Hermano Mayor, D.
Francisco Granados Gómez con mayor o menor acierto pero siempre con sinceridad
y buscando lo que creía mejor para la Hermandad.
El periodo que ahora acaba será recordado sin duda
alguna por la brillante gestión realizada, que ha permitido sustentar la Hermandad sobre unos
pilares firmes y que permiten afrontar el futuro con optimismo y sensatez. Pero
además durante el gobierno de D. Francisco Granados también se ha desarrollado
un importante trabajo en otras parcelas de la Hermandad que merecen un
reconocimiento público.
Nuestra priostía, avatares aparte, en sus dos etapas
ha superado las expectativas que todos los Hermanos ponemos en el montaje de
los cultos y de los pasos de Nuestros Sagrados Titulares. Durante cuatro años
hemos disfrutado de la tradición cofrade y del gusto por las cosas bien hechas en
este arte efímero, pero que tanto esfuerzo requiere tanto por la cantidad como
por la calidad del trabajo que precisa. Los cultos en San Julián han conservado
su solemnidad, han contado con predicadores de gran nivel, el cuerpo de
acólitos realiza una labor sobresaliente y la Coral Polifónica
se supera a sí misma en cada función. En este punto hay que resaltar el trabajo
de las mujeres del ropero de la Santísima Virgen, que con las camareras al frente
son un ejemplo de dedicación y cariño al cuidado de los enseres más preciados.
En el área social, la juventud de la Hiniesta continúa viva y
con más empuje que nunca, y en los últimos meses se ha conseguido hilvanar los
jóvenes llamados a asumir en poco tiempo responsabilidades con aquellos otros
que llaman a nuestra puerta para disfrutar y formar parte de la juventud azul y
plata de Sevilla. La
Diputación de Formación ha realizado un trabajo encomiable,
comenzó con actividades de alto nivel profundizando en el conocimiento de la
cultura y la tradición de Sevilla. Posteriormente continuó con los actos
correspondientes a la celebración del VI Centenario. Y aquí cabe destacar las
jornadas mariológicas, y la exaltación poética
a la Virgen
de la Hiniesta. En
este mismo ámbito la colaboración con nuestro Diputado archivero nos ha
aportado conferencias interesantísimas sobre la historia de la Hiniesta y ha culminado
con el montaje de la exposición “Soy de Sevilla.
Seis siglos de historia, arte y devoción en la Hermandad de la Hiniesta”.
No podemos olvidar tampoco el trabajo de la Diputación Mayor
de Gobierno que tanto ha mejorado con el uso de moderna tecnología al servicio
de la Cofradía,
ni la labor del Fiscal, ni por supuesto de los consiliarios en su papel de
consejeros leales al Hermano mayor.
Y dejo para el final a la Diputación de Obras
Asistenciales. Con ser objeto primordial de la vida de Hermandad los cultos,
con ser importante la formación, y necesaria la buena gestión, perdónenme pero
yo tengo cierta debilidad por la asistencia social. No sólo es lo visible, las tómbolas benéficas, las misas de niños, las
fiestas de Reyes Magos, etc. Durante cuatro años, con frío, lluvia, calor… los
martes había un grupo muy reducido de hermanas que han dedicado su tiempo a
escuchar a quien más lo necesitaba sabiendo de antemano las dificultades para
atender sus demandas. De la misma manera hay hermanas de la Hiniesta que visitan a
enfermos en los Hospitales, y otras que en el economato social limpian o
atienden al público. Y todo ello con discreción, buscando la justicia social
por encima de la simple limosna, y haciendo patente las palabras de Juan Pablo
II en su encíclica “Sollicitudo rei sociales”, por solidaridad el hombre debe
contribuir con sus semejantes a la mejora de los valores sociales
convirtiéndose en un valor moral y religioso vinculante.
Sirvan estas líneas de agradecimiento a todos aquello
que durante estos cuatro años han colaborado en mantener vivo el espíritu de la Hermandad de la Hiniesta.
José Antonio Romero Pérez
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