
Durante el tiempo de Cuaresma, previamente al comienzo de la Santa Misa de los cultos semanales, la exposición del Santísimo será sustituida por el ejercicio del Santo Vía Crucis, más propio del tiempo litúrgico donde nos hallamos. El vía crucis es recuerdo, memoria histórica, enlace amoroso con aquel primer vía crucis que, desde el pretorio del gobernador romano hasta el monte Calvario, recorrió Jesús de Nazaret, nuestro Camino y nuestro Salvador. Fue, por ello, en Jerusalén donde los cristianos, ya desde los siglos IV y V, quisieron acompañar a Jesús siguiendo sus pasos.
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