sábado, 4 de abril de 2020

Vísperas y priostía


Cada año, en un día como hoy, previo a la estación de penitencia, el equipo de priostía da los últimos retoques junto a los floristas que a estas horas, estarían engalanando a nuestros titulares.

Trabajan durante todo el año en esa hora oculta de la noche con un código enigmático para los no iniciados. Los ves entrar y salir de la iglesia a la casa, de la casa al almacén y de nuevo a la iglesia, que si una llave, que un candelero, una jarra… así montan altares portentosos, poniendo esa nota de asombro a nuestro cultos. Saben la hora a la que empiezan pero no a la que acaban, conocen todos los rincones de la casa, buscan y rebuscan hasta encontrar esos enseres que nadie recordaba. En San Julián los conocemos como el “comando vela”, son los artífices de hacer realidad nuestros sueños escenificando la gloria de nuestras devociones. Ahora viven horas extrañas, tardes largas lejos de la Hiniesta, sin montajes, ni fundición de cera, ni convivencias en el almacén.

San Julián sin pasos, el comando en casa y la Virgen este año se queda vestida de hebrea para el Domingo de Ramos. ¡Ella sabrá los motivos! Qué ganas de volver a casa.



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