En
la jornada de ayer recibimos la triste noticia del fallecimiento de
un ilustre vecino de San Julián y devoto de la Virgen de la
Hiniesta, Juan Peña,
el Lebrijano. Desde
estas líneas hacemos un reconocimiento a la figura de este cantaor
que podíamos encontrar con frecuencia por las calles del barrio con
su carácter afable y cercano.
Juan Peña, el Lebrijano |
Juan
Peña Fernández, más conocido como el Lebrijano, nació en 1941 en
la localidad sevillana de Lebrija, gitano peculiar por su aspecto
rubio con ojos azules y por su concepto del flamenco como obra en que
unía las dos culturas de la antigua Al-Andalus. Estimado como el
mayor heredero moderno de la tradición gitano-andaluza. Cantaor,
miembro de una familia gitana y cantaora de abolengo, la de Perrate
de Utrera, a la que pertenece su madre, María la Perrata. Juan Peña
El Lebrijano comenzó muy joven como guitarrista, pero al hacerse
evidentes sus posibilidades como cantaor a raíz de su triunfo en el
concurso de Mairena del Alcor (1.964), decidió dedicarse en
exclusividad al cante.
El
Lebrijano atrajo desde siempre la atención de los aficionados y
estudiosos, que intuían en él un cantaor fuera de lo común, y el
tiempo no les defraudaría. Fue enseguida considerado uno de los
mejores cantaores de este tiempo, pues a su voz redonda y de hermoso
timbre, unía una afición y un conocimiento que le permitían
estudiar e interpretar con maestría los más diferentes estilos. Su
última obra fue “Cuando
Lebrijano canta se moja el agua”,
frase que le dedicó Gabriel García Márquez y que sirve
de tributo al premio Nobel de literatura, ya que son textos del
autor colombiano los que sirven de letras a los variados
cantes que conforman este trabajo.
Entre
los múltiples premios cosechados en su carrera profesional debemos
recordar la concesión de la medalla
de Andalucía en 1986,
por el que tenía el tratamiento de Ilustrísimo señor, la medalla
de oro al trabajo por
el Ministerio de Cultura en 1997, tomando el tratamiento de
Excelentísimo señor y el reconocimiento de su localidad natal,
Lebrija en 2009 con la concesión del título de Hijo
predilecto.
Rogamos
una oración por el eterno descanso de su alma y que la Virgen de la
Hiniesta lo guarde. Juan Peña, el Lebrijano, descanse en paz.
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