Celebramos el 6 de Enero la fiesta de la
Epifanía del Señor, que significa la manifestación de Jesucristo como Mesías
del Israel, Hijo de Dios y Salvador del mundo. La Epifanía celebra la adoración
de Jesús por unos magos llegados desde oriente. Estos magos representan a las
religiones paganas de pueblos vecinos,
que acogen por la Encarnación la Buena Nueva de la salvación. La llegada de los
magos a Jerusalén para rendir homenaje al Rey de los Judíos muestra que buscan
en Israel a la luz mesiánica de la estrella de David, al que será el rey de las
naciones.
La estrella que llegó a los magos hasta
su encuentro con Jesús, nos recuerda a Cristo, Luz del mundo, con quien nos
hemos encontrado por la fe. En esta año de la Fe debemos crecer en la vida
cristiana de modo que iluminemos a todo el mundo para que se encuentre con
Jesucristo.
“Hoy la Iglesia sa ha unido a su celeste
Esposo, porque en el Jordán, Cristo purifica sus pecados; los magos acuden con
regalos a las bodas del Rey, y los
invitados se alegran por el agua convertida en vino” (Antífona del Benedictus
en los laudes del 6 de Enero).
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