CREYENTES
Con estas palabras del Papa Francisco nos unía a todas las
personas que creemos en un mismo Dios y, lo hacía con esa palabra tan
maravillosa que es tener y dar Amor. Amor para continuar su Obra y para hacer
llegar su Palabra por todos los rincones de la Tierra, con la presencia Divina
de su Hijo: Jesús.
Así, cuando acabada las Fiestas que conmemoran el Nacimiento
en Belén de ese Niño maravilloso, cuando recordamos esas palabras de Mateo (19.
13,15) "Dejad que los niños se acerquen a mí”, y por contra la tristeza de
ver quienes se empeñan en destruir la alegría de esos niños disfrutando en su
inocencia, al querer ver e imaginar a esos Reyes Magos de Oriente y dispuestos
a recibir su premio "su juguete"
ese con el que ha soñado y se ha ilusionado, metiendo en un mismo mundo de impotencia la inocencia
infantil. Era una actuación como la expuesta en los Hechos de los Apóstoles
(2,42-47), pues mientras Padres y Abuelos nos dedicamos a explicar el significado
de esa aparición de "los Reyes Magos" a contagiarnos de esa alegra
infantil, otros se dedican a destruir todo vestigio de nuestras fe cristiana.
Por eso cuando nos acercamos a la vida del Jesús Niño y
adolescente, al leer el Evangelio de Lucas, con las palabras que le transmite la Santísima Virgen María y
que nos muestra ¿cuándo tomó conciencia
ese Niño Jesús de quién era realmente? le digo al Señor recordando el Salmo 39;
Aquí estoy, Señor para hacer tu voluntad, para dar a conocer a esos niños quién
es ese Niño que ellos no se cansan de contemplar en el Belén.
Yo les explico porque se ama tanto a ese Niño, para que poco
a poco puedan poner nombre a todo lo bueno y lo bello y lo verdadero que hay en
Él, para que puedan seguir viviendo con su ilusión, para que no se enoje y sepa
que con su amor no habrá enojo ni temor, para que sepa que cuando vaya siendo
mayor, ese Niño del Portal de Belén, le va a guiar, y como viéndolo de mayor Él será quien le ayude
en sus proyectos.
Es hora de ponernos en camino, de no desperdiciar nuestro
tiempo, porque somos nosotros quienes hemos de velar para que nuestros
niños se fijen en nuestra vida, en
nuestros actos, no solo se trata de explicar como si fuésemos un libro abierto,
es que tenemos que serlo, ellos son y serán los continuadores en la vida,
quienes un día serán el sostén de nuestras vidas, quienes mantendrán nuestras
costumbres, quienes seguirán nuestra vivencias en la Hermandad. A ellos les
corresponde esa labor, pero tienen que sentirse seguros. En pocos días
pasaremos de ese portal de Belén a explicarles el significado de la Vida de
Jesús, de su muerte, de Buena Muerte en la Cruz para salvar a la humanidad y ha
de ser nuestra casa ese lugar donde se comience
a proclamar y escuchar la Palabra
de Jesús, es igualmente el momento de vivir nuestra Semana Santa, de seguir
esas tradiciones sabiendo el significado de la Muerte y Resurrección de
Jesucristo.
Esta es nuestra tarea, pues si Lucas escribió con los ojos
bien abiertos a la realidad de su época, nosotros también debemos leer el libro
con esos mismos ojos bien abiertos a la realidad de la vida que nos toca vivir,
para poder explicarles lo que pasa hoy en nuestro entorno y como valoramos a
las personas que testimonian hoy la Palabra de Dios en medio de las
dificultades, porque sabemos cuáles son los hechos - la practica- de nuestros
apóstoles, varones y mujeres de
hoy, y que podemos aprender de la marcha
de nuestra Iglesia ante los desafíos de la sociedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario