1. Justificación
La Hermandad de la Hiniesta celebra en este año 2012 el
sexto centenario de su fundación como corporación letífica en torno al culto de
la Virgen Gloriosa. Para conmemorar tan señalada efeméride, se ha desarrollado
un extenso programa de cultos y actividades desde octubre de 2010 que tuvo su
punto culminante el pasado mes de junio con la misa de acción de gracias en la
Santa Iglesia Catedral y el reconocimiento de la ciudad de Sevilla a María
Santísima de la Hiniesta Gloriosa a las puertas del Ayuntamiento y su posterior
besamanos en el Salón del Apeadero.
Como cierre de este aniversario, se ha querido singularizar
el culto principal de la Virgen Gloriosa, su triduo y función votiva del 8 de
septiembre, con un altar que recupera el risco con la escena de su hallazgo
según es narrada por la leyenda tal y como se montó en siglos pasados.
2. La leyenda
El origen de la imagen de la Virgen de la Hiniesta se
encuentra, como en tantos otros casos de devociones medievales, inmerso en la
leyenda. Cuenta ésta que, un día de finales del siglo XIV, mosén Per de Tous se
encontraba cazando en los montes catalanes cuando su azor quedó paralizado ante
las retamas en las que se habían refugiado las perdices que perseguía.
Extrañado por el comportamiento del animal, se apeó de su caballo, miró dentro
del matorral y descubrió una imagen de la Virgen con el Niño en brazos con una
inscripción a sus pies que, en la versión latina de Ortiz de Zúñiga, decía:
“Sum Hispalis de sacello ad portam quæ ducit ad Corduvam” (“Soy de Sevilla, de
una capilla junto a la puerta que encamina a Córdoba”). Del texto se deducía
que la imagen era una de aquéllas que en tiempos de la invasión musulmana
habían sido escondidas para evitar su profanación y que milagrosamente se había
conservado intacta a través de los siglos a pesar de encontrarse a la intemperie.
Per de Tous condujo la imagen a Sevilla y la depositó en la
iglesia parroquial de San Julián, por ser el templo en aquel entonces más
próximo a la puerta abierta en las murallas de la ciudad que conducía a
Córdoba. El hecho de haberse encontrado la imagen de la Virgen oculta en unas
retamas o hiniestas motivó que se titulase Santa María de la Hiniesta.
3. El comienzo de la
devoción
Aunque no existe documento contemporáneo que lo confirme, la
fecha de 1380 es aceptada generalmente como la de la introducción del culto de
la Virgen de la Hiniesta en Sevilla. De lo que sí hay constancia es que la
Virgen estaba en la capilla de la cabecera de la nave del evangelio de la
parroquia de San Julián, al menos, en 1407. Se trataba de una capilla propiedad
de Per de Tous en la que éste mandó abrir en el suelo una bóveda para que
sirviera como lugar de enterramiento familiar, además de construir un retablo,
decorar los muros con yeserías mudéjares, levantar un artesonado de madera de
alerce y cerrar el recinto con una reja construida, según la tradición, con los
grilletes y cadenas ofrendados en señal de agradecimiento por los cristianos
liberados del cautiverio de los moros y que colgaban de las ramas de dos olmos
situados en la plaza de San Julián.
A lo largo del siglo XV, la devoción a la Virgen de la
Hiniesta y su fama de milagrosa se fueron extendiendo, como delatan la creación
de su Hermandad y la fundación de diversas capellanías, dotaciones y memorias
para el fomento de su culto.
4. Los cultos de
septiembre
Fue a partir del último cuarto del siglo XVI cuando la Virgen
de la Hiniesta se convirtió en la abogada a la que el Ayuntamiento recurrió en
casos de grave necesidad, llevándola hasta en tres ocasiones a la catedral. La
primera vez tuvo lugar en 1580 con motivo de la sequía. La segunda, en 1582,
con motivo de la epidemia de peste. Y la tercera, en 1588, confirmando la fama
alcanzada en aquellos tiempos por la Virgen de la Hiniesta. Felipe II mandó por
real cédula que todas las poblaciones del reino sacasen en procesión la imagen
de la Virgen de mayor antigüedad y devoción para suplicar el éxito de la Gran
Armada en la invasión de Inglaterra y el Ayuntamiento de Sevilla acordó sacar a
la Hiniesta, que fue llevada de nuevo a la catedral.
La protección sobre Sevilla atribuida a la Virgen de la
Hiniesta ocasionó el aumento de su Hermandad, en la que ingresaron nobles y
ciudadanos ricos, entre ellos numerosos caballeros veinticuatro, que donaron
muchas joyas y potenciaron los cultos.
5. El risco de 1586
Uno de los personajes que más contribuyeron al esplendor del
culto de la Virgen de la Hiniesta fue el veinticuatro Diego de Postigo Almonacid,
quien realizó numerosas donaciones, destacando la de una lámpara de plata, en
1575, que aún se conserva colgada en los lampadarios de San Julián y que es la
más antigua de las fechadas en Sevilla. También participó, en 1584, en la cesión de unos terrenos municipales
para la construcción por parte de la Hermandad de capilla propia en San Julián
tras el cierre del hospital que se encontraba junto a San Marcos.
En 1586, para dar
contento a Andrés de Monsalve, descendiente de Per de Tous y patrono de la
Virgen de la Hiniesta, Diego de Postigo mandó poner junto a la capilla de la
Virgen (en la cabecera de la nave del evangelio, donde actualmente se encuentra
la Virgen del Rosario) un tablado grande con la escena del hallazgo realizada
con figuras de bulto redondo: en medio de una retama aparecía la Virgen, ante
la que se arrodillaba Per de Tous, que llevaba una cartela en la espalda con su
nombre para su correcta identificación, completando la escena su caballo y sus criados.
6. Otros montajes del risco
No está claro si
el risco se montó sólo en 1586 o se mantuvo en los años sucesivos. Por las
noticias que se tienen del siglo XVII, parece que el altar de cultos se alzaba
de manera suntuosa, con profusión de velas y piezas de orfebrería, pero con la
imagen de la Virgen sola, sin los demás participantes del episodio del
hallazgo. Nada sabemos del siglo XVIII.
El historiador
José Alonso Morgado, en 1883, recordando la decadencia en la que entró la
Hermandad en la tercera década del siglo XIX, escribió:
“Mas desde pocos
años después, que dejó de ponerse el risco, para solemnizar su fiesta y Novena,
cuyo precioso aspecto atraía la multitud para admirarlo, por la propiedad con
que se hallaba representado tan al vivo el sitio y primeros momentos del
hallazgo de la peregrina Imagen de nuestra Señora, entra las hiniestas ó
retamas de los montes de Cataluña, con las perdices y las figuras al natural de
Mossen Per de Tous con sus monteros, caballo y perro; todo esto excitaba la
curiosidad y aumentaba la concurrencia, y su falta ha contribuido
indudablemente á que la devoción haya decaído tanto en nuestros tiempos”.
Según esta noticia, el risco se montó a comienzos del siglo
XIX. De esta época, cuando la Hermandad trataba de recuperarse tras la invasión
francesa, son dos grabados, uno anónimo de 1815, donde aparece la Virgen con
una retama a sus espaldas, y otro abierto por José María Martín en 1819 con la
escena del hallazgo, que quizás no hacen más que reproducir el montaje anual de
los cultos de septiembre.
7. El risco de 2012
Con motivo de la celebración del sexto centenario de la
fundación de la Hermandad, se han querido singularizar los cultos de la Virgen
de la Hiniesta Gloriosa con la recuperación de un altar histórico: el risco de
1586 que tuvo pervivencia hasta el primer tercio del siglo XIX.
Se ha utilizado como base para su montaje el grabado de
1819, aunque se ha optado por eliminar personajes y detalles secundarios para
focalizar la atención en la imagen de la Virgen. De esta manera, María
Santísima de la Hiniesta aparece delante de una retama, a sus pies el letrero
con la inscripción que descubre su origen (“Sum Hispalis de sacello ad portam
quæ ducit ad Corduvam”) y al lado, una perdiz. Completan la escena Per de Tous,
arrodillado, y su perro.
Junto a la mera recreación historicista de la leyenda del
hallazgo, cabe señalar una lectura iconológica de la escena de carácter
salvífico. De la misma manera que el Niño aprisiona en su mano un pájaro,
símbolo del alma humana que busca refugio y encuentra amparo en Cristo, la
Virgen actúa como protectora de la perdiz, en alusión a su carácter de
Corredentora, ya marcado por la manzana que sostiene en la mano derecha y que
la identifica como la nueva Eva.
2 comentarios:
Mi más sincera enhorabuena por el altar, por el trabajo documental y por el buen gusto con que habéis procedido.
Gracias.
Gracias por el comentario y la felicitación. Esperamos que el altar haya servido para hacer más dignos y solemnes los cultos a nuestra titular.
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